Durante uno de nuestros viajes veraniegos por Andalucía descubrimos Cádiz y sus playas, su casco histórico y sus tapas, una ciudad abierta y con mucha historia.

Cádiz y sus playas, su casco histórico y sus tapas
Durante nuestra visita a esta bella ciudad andaluza descubrimos varios de los encantos de Cádiz. Es decir, disfrutamos del ambiente de sus playas, deambulamos por las calles de la vieja ciudad amurallada y probamos la gastronomía local en forma de tapas.



Playas de Cádiz
En primer lugar recorrimos y disfrutamos de varias de las playas de Cádiz



Playa de las Mujeres o Santa María del Mar
En primer lugar nos dirigimos a la Playa de las Mujeres o Santa María del Mar, pegada a la vieja muralla de la ciudad. Era una playa resguardada por dos espigones y frecuentada por los gaditanos, que abarrotaban su arenal.



Playa de la Victoria
Seguidamente atravesamos esta playa en dirección a la Playa de la Victoria, una playa urbana de 2,5 kms de longitud. Cuando llegamos a este arenal nos aposentamos junto a un muro para disfrutar tomando el sol.



Durante nuestra estancia en esta playa pasaron varios vendedores con sus carros cargados de bebidas y comida. Finalmente compramos unos camarones cocidos (3€), un cangrejo de mar (1€) y una lata de cerveza (1€) bien fría.



Playa de la Cortadura
Después de darnos varios baños en las tranquilas aguas atlánticas, paseamos en dirección a la Fortaleza de la Cortadura. Allí comenzaba la Playa de la Cortadura, una extensa playa natural de 4 kilómetros de arena y roca. Finalizaba en la zona militar de Torregorda que ocupaba esa parte de la playa. Como era una zona militar restringida, no se podía continuar caminando hasta la Playa de San Fernando.



Picoteo en el Restaurante Nahu Beach
Por este motivo dimos la vuelta y luego hicimos una paradita en el Nahu Beach, un chiringuito con música y un ambiente moderno, situado en la Playa de la Cortadura.



Nos sentamos en una pequeña mesa clavada a la arena y tomamos una caña de Cerveza (2€) con una tapa de aceitunas verdes. Además, pedimos una Ensalada de tomates de verano y sardinas ahumadas (10,20€), con queso de ricota, estragón y piparras o guindillas verdes con una vinagreta de Jerez.
Playa de la Caleta
La visita a la Playa de la Caleta, situada entre el Castillo de Santa Catalina y el Castillo de San Sebastián, la dejamos para la tarde. A esas horas estaba más tranquila y desde allí contemplamos el reflejo del sol sobre el océano.



Casco Histórico de Cádiz
Después de estos momentos playeros nos dirigimos a la Puerta de Tierra, que daba acceso al Casco Histórico de Cádiz, desde la Playa de Santa María del Mar. Nos internamos por sus estrechas calles peatonales contemplando los viejos edificios de la ciudad.
Plaza de la Catedral
Paseando llegamos hasta la Plaza de San Juan de Dios, donde se ubicaba el Ayuntamiento de Cádiz, de cara al Puerto.



Continuando por la concurrida Calle Pelota desembocamos en la Plaza de la Catedral. Allí, una joven recorría la plaza zapateando con arte al ritmo de unas castañuelas, ganados el aplauso y algunas monedas de la gente que abarrotaba las terrazas de los bares.
Mercado de las Flores y Mercado
Después cruzamos la bulliciosa Plaza de las Flores llena de bares con sus terrazas y entramos en el Mercado Central de Abastos. Además de los puestos de venta, contaba con una zona de bares en su interior. También en los alrededores se concentraban infinidad de bares y restaurantes con sus terrazas.
Torre Tavira y Gran Teatro Falla
Después nos acercamos hasta la Torre de Tavira, que contaba con un mirador en lo alto de la torre, desde donde se divisaba toda la ciudad.



Gran Teatro Falla
Continuamos nuestro paseo hasta el emblemático Gran Teatro Falla, situado en la Plaza Fragela, s/n, epicentro del Carnaval de Cádiz.



Barrio Las Viñas
Posteriormente nos dirigimos al Barrio Las Viñas, muy conocido por su ambiente popular y por sus bares y restaurantes. Nos acercamos hasta la Iglesia de Nuestra Señora de la Palma, desde donde partía la concurrida calle Virgen de la Palma, que nos conducía directamente hasta la Playa de La Caleta.



De tapas por Cádiz
Después de recorrer las playas y las calles de esta ciudad, no podíamos irnos de Cádiz sin probar las tapas de sus bares. Destacamos cuatro locales, dos bares tradicionales, un restaurante de cocina de autor y una bodeguilla.



Bar El Laurel, tapas tradicionales
En primer lugar destacamos el Bar El Laurel, en la Calle Obispo Urquinaona nº 3, que estaba muy cerca de la Plaza de la Catedral. Era un bar a la vieja usanza donde servían tapas para todos los gustos.
Nos acomodamos frente a una ventana y pedimos una Caña de cerveza (1,50€), con una tapa de aceitunas. Después elegimos varias tapas de entre las que aparecían en una pizarra colgada de la pared.
Comenzamos con una Tapa de Ensaladilla rusa (2€) y una Tapa de Salpicón de Marisco (2€).
Tapas caseras y tradicionales
Continuamos con varias especialidades calientes preparadas al momento en la cocina, como los Boquerones fritos (2€), muy frescos y ligeros.



Después degustamos una Tapa de Berza serrana (2,50€) con un sabor delicioso y una Tapa de Rabo de vaca (3,50€).
Finalizamos con una Tapa de Morrillo de atún a la plancha con pimientos (2,50€) y unas Tortillitas de Camarón (2€)
Restaurante Código de Barra
Nuestra siguiente parada gastronómica estaba muy cerca, el Restaurante Código de Barra, situado en la Plaza de la Candelaria 12. Este restaurante realizaba una cocina de autor fusionando los sabores de los productos locales con la cocina peninsular e internacional. Además destacaba su decoración minimalista y atrevida.
Cuando entramos nos acomodamos en una mesa frente a la cocina, donde se preparaban los platos delante de los comensales.



Ademas teníamos unas vistas privilegiadas de la plaza. En primer lugar pedimos una Caña de Cerveza (2€) y una Copa de Kentia (2,70€) vino blanco albariño de D.O. Rias Baixas, con una tapa de aceitunas verdes.
Tapas de autor
Después de repasar la carta decidimos probar varias especialidades en formato de tapa. Comenzamos con el Beso de foie de pato con cereza y crujientes de sobao pasiego (6,50€), con un sabor delicado.



Continuamos con la Tapa de Gazpacho de yogurth con queso manchego, hierbabuena y anchoas (4,75€). Era una recreación muy personal del gazpacho, resultando un plato contundente y atrevido que no dejaba indiferente a nadie.



Productos locales de calidad
La tercera tapa que pedimos fueron las Auténticas Tortillitas de Camarones (1,75€/unidad) con una mayonesa de kimchi. Fue un acierto, con una presentación atrevida, un sabor exquisito y una textura crujiente.



Después degustamos una Tapa de Huevas de leche de atún rojo de almadraba con curry de mango (4,75€). Destacaba el excelente sabor de este pescado tan bien tratado en las cocinas gaditanas.



Finalizamos con la Tapa de Chicharrones muy especiales (3,50€). Esta parte del cerdo venia acompañada de unas huevas de arenque (el caviar de la Caleta) que le daba un toque especial.



Taberna La Manzanilla
Después, una cuadrilla de San Fernando nos recomendó visitar la Taberna La Manzanilla, en la Calle Feduchy, 19.



Era una auténtica bodeguilla donde se despachaban vinos gaditanos desde unas botas de roble.



Finalmente nos decantamos por una copa de manzanilla fina envejecida 3 años (1,20€) y una copa de amontillado viejo con 27 años de barrica (3€). Además nos sirvieron de tapas unas aceitunas. Un sitio curioso que merece la pena visitar.



Bar Casa Orozco en Las Viñas
También nos acercamos hasta el Barrio de las Viñas y descubrimos el Bar Casa Orozco, en la Calle Pericón de Cádiz, 16, un local muy concurrido por los vecinos de este barrio gaditano.



Acomodados frente a la barra probamos una ración de Almendritas fritas o choco pequeños y una Tapa de morena en adobo. Unas especialidades tradicionales de esta ciudad, con un sabor delicioso, disfrutando del ambiente de este barrio gaditano.



Durante nuestra visita a esta ciudad andaluza descubrimos Cádiz y sus playas, su casco histórico y sus tapas. Seguro que volveremos pronto para seguir disfrutando de los encantos de Cádiz y descubrir más rincones interesantes.
Texto: Txema Aguado
Fotografía: Esther Saiz y Txema Aguado