Aprovechando nuestra estancia en el Algarve, decidimos hacer una escapada hacia el interior y conocer el paisaje y la gastronomía de esta bella comarca del sur de Portugal. Para ello nos dirigimos a la zona rural de El Barrocal, que conservaba su paisaje natural y sus tradiciones, alejada del impacto del turismo. Después de pasear por la aldea de Fonte da Mesquita, disfrutamos de la gastronomía algarvia en el Restaurante Lagar da Mesquita.
Lagar da Mesquita en el Algarve
Desde Albufeira nos dirigimos hacia Loulé y nos desviamos en dirección al pueblo de São Brás de Alportel. Allí tomamos la carretera que iba a Tavira. Recorridos varios kilómetros, apareció señalizado el desvío que nos llevaría hasta nuestro destino. Llegamos hasta el aparcamiento de tierra entre olivos del Restaurante Lagar da Mesquita, que ocupaba el edificio de un antiguo lagar, donde en otros tiempos, la gente del pueblo elaboraba el aceite para su consumo doméstico.
Después atravesamos la puerta de hierro del restaurante nos condujo a un pequeño patio, donde nos topamos con la dueña del local, Gudrun, una austriaca afincada en estas tierras portuguesas.
Nos acompañó muy amablemente hasta nuestra mesa, que se encontraba al final del amplio comedor, que ocupaba la nave del antiguo lagar. El local del era muy acogedor y casi todas las mesas estaban ocupadas por comensales internacionales, destacando los británicos y alemanes.
Antiguo lagar rehabilitado con estilo
En el interior del restaurante se mantenía la base original de la construcción, que había sido remozada y conservaba los viejos utensilios para elaborar el aceite. Además había cuadros, esculturas, muebles y ropa de estilos más actuales, que lucían su precio para poder ser adquiridas por los clientes.
Cocina portuguesa con toques internacionales
Al frente de este restaurante estaba Neilson, un chef con influencias flamencas, hindúes, francesas y portuguesas, que transmitía a sus platos, generando unas delicias gastronómicas con muchas aristas y matices.
Pronto se acerco un amable camarero que nos ofreció la carta y nos indicó las especialidades del día. Mientras decidíamos los platos que íbamos a degustar, pedimos una botella de Alfaraz (12€), vino tinto del Alentejo.
En primer lugar degustamos una tapa de queso sobre calabacín con almendras y rúcula. Seguidamente con la cesta de pan (1,90€/persona) nos dejaron unas zanahorias cocidas, unas aceitunas aliñadas y un cuenco de AOVE con especias.
Comenzamos con una Ensalada Cesar con pollo y salsa casera –Salada Caesar com frango e molho caseiro (9€).
Platos creativos
Continuamos con el Confit de pato con pisto, pan de polenta y salsa de higos–Perna de pato confitada con ratatouille, polenta e molho de figos (12€). La carne estaba jugosa y reposaba sobre un pisto de un sabor excepcional, que combinaba perfectamente con la salsa semidulce de higos. El cuadro se completaba con dos trozos de pan de polenta de textura compacta pero muy agradable al paladar.
Después degustamos la especialidad del día, una Brocheta de carnero joven con patatas panadera caseras, con albaricoques secos y salsa de menta –Espetada de borrego con alperce seco, batata frita e molho hortela (16€). La carne, tersa y de buen sabor, venia en trozos separados por cabezas de ajo y albaricoques secos. Esta especialidad venía acompañada por una deliciosa salsa de menta y una ensalada mixta bien aliñada.
Postres deliciosos
Para rematar esta fantástica velada gastronómica nos decantamos por dos postres . Es decir, un delicioso Tiramisú casero (3,50€) y un Helado de pistacho casero(2€).
La cocina del Lagar da Mesquita combinaba la tradición portuguesa con la vanguardia internacional en un entorno rural del Algarve.
Lagar da Mesquita
Fonte da Mesquita / Mesquita Baixa, São Brás de Alportel
Teléfono: +351 289 845 809
Paseo por El Barrocal
Después de comer decidimos dar un paseo por los alrededores (30 minutos / ida y vuelta) y tomamos un sendero señalizado que se dirigía hacia el Pozo Monte Negro. El camino de tierra estaba delimitado por muros bajos de piedra que cercaban viñedos, olivares y campos de almendros tapizados de un verde primaveral.
Pozo de Monte Negro
La senda, muy bien señalizada, nos llevó hasta el Pozo de Monte Negro. Allí contemplamos los restos de las piletas de la fuente y nos asomamos al pozo, donde todavía había agua.
Después proseguimos el paseo ascendiendo levemente hasta llegar a una casa derruida, desde donde se podía observar un pequeño núcleo de casas.
Molino y Puente de piedra
Desde allí volvimos por el mismo camino y en quince minutos llegamos de nuevo al aparcamiento del Restaurante Lagar da Mesquita del Algarve. Muy cerca del edificio del antiguo lagar, junto a la carretera, había un viejo molino de agua y un puente de piedra.
2 comentarios
Magnífica descripción de las bondades de esa zona del Algarve, donde además de gozar de la naturaleza, disfrutamos de una deliciosa carta muy equilibrada y perfectamente presentada, destacando la magnífica atención del personal por su rofesioalidad y simpatía. Merece a pena comprobarlo.
Gracias Teodoro.
Es un placer disfrutar del Algarve y descubrir todos sus encantos.