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Vila Chã cerca de Oporto, una playa secreta entre pescadores y piratas

Vila Chã cerca de Oporto, una localidad donde disfrutamos de su playa secreta rodeados de pescadores y degustamos la gastronomía local
Contenido del artículo:

Un fin de semana de finales de otoño recalamos en Vila Chã cerca de Oporto, una freguesia o pedanía costera portuguesa del Concelho de Vila do Conde, perteneciente al distrito de Porto u Oporto.

Praia do Vila Chã
Vila Chã cerca de Oporto

Nuestra intención era realizar varias rutas en bicicleta por las pasarelas de madera que discurrían junto a varias playas siguiendo la costa. Por el norte te acercaban hasta Vila do Conde (7 km) pasando por la Reserva Ornitológica do Mindelo y por el sur hasta el centro de Oporto (24 km). Pero como el tiempo no acompañó cambiamos de plan y degustamos la gastronomía local y visitamos varias localidades próximas. También nos acercamos hasta Oporto para disfrutar de los encantos de esta ciudad portuguesa apuntándonos a un Free Tour muy interesante.

Pasarelas junto a la playa
Vila Chã cerca de Oporto

Vila Chã cerca de Oporto

En primer lugar reservamos a través de AirbnMi Playa secreta“, una casita de pescadores restaurada con mucho gusto situada frente a la playa de Vila Chã cerca de Oporto, una típica aldea de pescadores del norte de Portugal. Disponía de todas las comodidades y además el anfitrión te dejaba varias bicicletas gratis para realizar las rutas señalizadas por las pasarelas.

Vila Chã un pueblo de pescadores

Durante la temporada de verano, esta localidad se llenaba de visitantes. Pero en nuestra estancia otoñal nos sentimos como unos náufragos que habíamos ido a parar a una playa semidesierta de arena blanca y fina. Nuestra única compañía era la fuerza del mar, las gaviotas y los pescadores que vendían su pescado por las mañanas enfrente de sus casetas.

El plan era perfecto, pero el tiempo meteorológico no acompañó y apareció la lluvia, por lo que cambiamos de planes y nos amoldamos a este paradisíaco paraje costero.

Praia do Vila Chã
Praia do Vila Chã

Paseamos por las pasarelas disfrutando de la belleza del mar y contemplando como una gaviota se daba un festín con una estrella de mar.

Restaurante Estaleiro

Llegamos caminando hasta el Restaurante Estaleiro, en Rua do sol 121, dispuestos a probar la gastronomía de esta aldea marinera portuguesa.

Restaurante Estaleiro de Vila Chã
Restaurante Estaleiro de Vila Chã

Entramos en el amplio comedor decorado con motivos marineros y fotografías antiguas, que le conferían un ambiente acogedor. Las camareras, aunque serias, te trataban familiarmente y te hacían sentir como en casa. Para beber pedimos una botella de JP Azeitão (7€) vino blanco seco de uva moscatel de la Península de Setúbal, con un toque afrutado que nos sorprendió gratamente. También nos acercaron a la mesa una cesta de pan (1€) y unas aceitunas (1€).

Nos recomendaron para comenzar unas Sardinas pequeñas fritas (4€) muy frescas y  con una textura crujiente, que se podían comer enteras.

Sardinas fritas
Sardinas fritas

Pescado fresco en el plato

Como plato principal nos decidimos por una Lubina fresca o róbalo a la brasa (35€/kg) de casi un kilogramo de peso para los dos,  que la presentaron sin salsa y aunque por el aspecto se podía adivinar que iba a estar seca, nada mas lejos de la realidad, la carne estaba jugosa y con un sabor espectacular.

Lubina o Robalo a la brasa
Lubina o Robalo a la brasa

Como guarnición nos sirvieron una bandeja con espinacas, patatas y zanahorias cocidas, regadas con aceite de oliva virgen extra portugués. Muy buenas.

Guarnición de patatas, espinacas y zanahorias
Guarnición de patatas, espinacas y zanahorias

A la hora de elegir el postre nos levantamos y nos dirigimos a una vitrina donde estaban expuestas varias especialidades dulces. Nos decidimos por una Tarta de hojaldre con merengue y mermelada (3,50€) y una Tarta de almendra con coco (3,50€) que nos gustaron mucho. Rematamos con un buen café cortado o pingado (0,70€).

En el Restaurante Estaleiro, de Vila Chã,  un local sin demasiado lujo y un servicio familiar, comprobamos que la gastronomía local se basaba en el pescado fresco capturado en su costa por los pescadores que aún se mantenían activos.

Picoteo en la Taskuinha Rumoceano

Para cenar nos recomendaron un bar situado frente al Paseo marítimo, donde te recibía un pirata sentado bebiendo en su jarra de cerveza, era la Taskuinha Rumoceano , en la Avenida dos Banhos 185 de la Paia do Vila Chã.

Taskuinha Rumoceano de Vila Chã
Taskuinha Rumoceano de Vila Chã

Nada más cruzar la puerta te dabas cuenta que habías entrado en un sitio especial y te imaginabas a bordo de un barco pirata, moviéndote por uno de sus salones con las paredes, el techo y la barra lleno de figuras, banderas e imágenes predominantemente alusivas al mundo de los piratas. El ambiente era muy familiar y agradable y sonaba música de los años 80, alternándose baladas, rock y reggae.

Taskuinha Rumoceano de Vila Chã
Taskuinha Rumoceano de Vila Chã

Taberna pirata

Nos sentamos en una mesa alta pegados a una pared decorada con billetes de todos los países imaginables y sobre nuestras cabezas se movían arañas y serpientes accionadas desde la barra por un barman, con aspecto de ser el capitán pirata que manejaba este barco encallado en la playa de Vila Chã.

Se estaba muy a gusto y pronto apareció el grumete, perdón el camarero, que nos trajo la escueta carta con sus especialidades. Mientras echábamos un vistazo pedimos una Caneca de cerveja preta o cerveza negra Super Bock ( 2,20€/ 40cl) una jarra de aluminio con un dispositivo que mantenía la cerveza fría.

Caneca de cerveza negra
Caneca de cerveza negra

Productos del mar bien preparados

Comenzamos con un Caldo verde calentito (1,50€) elaborado con varias verduras y chorizo, muy rico y a continuación pedimos una Nécora o navalheira (3,50€) que venía llena y con buen sabor.

Seguimos con unos Percebes (7€) cogidos entre las rocas, que estaban exquisitos, con un toque picante.

Percebes
Percebes

También probamos las Almejas o ameijoas autóctonas (9€) con la concha blanca y una textura mas áspera, pero que estaban deliciosas.

Almejas o ameijoas
Almejas o ameijoas

Especialidades portuguesas

Nos pasamos a la comida contundente y pedimos una Francesinha (5€/ media) un sándwich típico portugués, cuyo secreto estaba en la salsa, una mezcla de sofrito y caldo de pescado con vino y cerveza. Muy buena y con un toque picante.

Media Francesinha
Media Francesinha

Como remate pedimos una Bifana (2€) un bocadillo carne de cerdo laminada, cocida en una salsa especial, muy sabrosa y también probamos un Sande de P.O. (3€) un bocadillo de jamón serrano y huevo, para repetir.

Llego el momento del dulce y no nos resistimos al Pastel de nata (0,70€) una especialidad cremosa y suave, muy típica de esta zona de Portugal. Además vino acompañado por un Chupito de Siripití (0,70€) un licor de miel casero con poderes adictivos. Tuvimos que tomar alguno más para cogerle el punto a este estupendo “brebaje pirata”.

Una experiencia para recordar en la Taskuinha Rumoceano, donde todo estuvo perfecto.

Paseo por Vila do Conde

Uno de los días nos acercamos en coche a la localidad cercana de Vila do Conde, situada en la desembocadura del río Ave, en cuya orilla estaba anclada una réplica de una de las carabelas que surcaron el Atlántico hace mas de 500 años. Junto al río había una zona con bares y restaurantes muy coquetos con mucho ambiente.

Carabela de Vila do Conde
Carabela de Vila do Conde

Vila do Conde siempre había estado relacionada con el mercado de la sal y los barcos y disponía de un casco histórico muy interesante donde destacaban el Monasterio y el Acueducto de Santa Clara que contemplamos bajo el manto de la noche.

Acueducto de Vila do Conde
Acueducto de Vila do Conde

Visita a Oporto

Otro de los días decidimos ir al Vila do Conde Porto Fashion Outlet, un centro comercial situado a unos tres kilómetros y donde estaba situada la parada de Metro mas cercana que nos llevaría en 20 minutos al centro de Oporto o Porto (1,95€/ trayecto a Porto + 0.60€ por la tarjeta que se podía recargar en los cajeros de las estaciones).

Barrio La Ribiera desde Gaia
Barrio La Ribiera desde Gaia

Nos apeamos en la estación de Trindade y una vez en la bella ciudad de Porto, cuyo centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1996, fuimos paseando e hicimos una parada en la Estación São Bento para contemplar sus coloridas paredes interiores, alicatadas con azulejos azules.

Continuamos bajando hasta el Barrio de Ribeira, al borde del río Duero, donde se concentraban la mayoría de los visitantes de la ciudad.

Edificios del Barrio de Ribeira
Edificios del Barrio de Ribeira

Oporto, una ciudad con encanto

Enfrente, en la otra orilla se encontraba Vila Nova de Gaia, donde se asentaban varias de las más famosas Bodegas de vino de Oporto que se podían visitar. Para acceder a este barrio se podía atravesar en coche o andando el Puente Don Luis I, con su impresionante arco de hierro sobre el que discurría la línea del metro de esta ciudad.

En los muelles de Vila Nova de Gaia salían las excursiones en barco para navegar por el río Duero y recorrer los seis puentes de Oporto.

Puente Don Luis I
Puente Don Luis I de Oporto

Porto tenía muchos atractivos y paseamos por sus calles recorriendo sus rincones como unos auténticos turistas flanqueados por sus peculiares edificios y viendo pasar sus viejos tranvías (3€ /viaje).

Después de este breve paréntesis por Oporto regresamos a nuestra playa secreta de Vila Chã cerca de Oporto, para seguir sintiéndonos como unos felices náufragos disfrutando de la belleza de las aguas del Atlántico

Praia do Vila Chã
Praia do Vila Chã

Texto: Txema Aguado

Fotografía y Vídeo: Esther Saiz y Txema Aguado

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