Asturias esconde grandes secretos naturales a lo largo de su territorio y esta vez nos hemos internado en el Concejo de Aller para realizar la ruta personalizada de las Foces de El Pino desde Felechosa en Asturias (9 km/ida y vuelta). De esta forma disfrutamos de los paisajes de montaña del Monumento Natural Foces de El Pino, en la frontera asturiana con León.
Durante el recorrido, que estaba muy bien señalizado con postes y con marcas blancas y amarillas, ascendimos por la ladera del valle de Aller en busca de un estrecho desfiladero de paredes de roca caliza atravesado por el río Valmartín, que formaba caprichosos rápidos y cascadas.
Foces de El Pino desde Felechosa en Asturias
En primer lugar nos desplazamos hasta Felechosa, una pequeña localidad asturiana cercana al Puerto de San Isidro y a la frontera con la provincia de León. Para realizar esta ruta de senderismo personalizada hasta las Foces de El Pino combinamos la Senda Verde de Foyoso (PR-AS 242), una ruta circular de unos 2,5 kilómetros que salía de Felechosa, con un tramo de la Ruta de las Foces de El Pino-Foces de Ruayer (PR-AS 31) que salía de El Pino y llegaba hasta la Paraya (18km).
Comenzamos la marcha en Felechosa, junto a una fuente pegada al cauce del río San Isidro, donde se iniciaba la Senda Verde Foyoso (PR-AS 242) .
Siguiendo las indicaciones pasamos por un puente a la otra orilla del río y caminamos entre varias granjas.
Enseguida nos internamos en un pequeño bosque en galería atravesado por un sendero muy agradable rodeados de castaños y otros árboles.
Más adelante cruzamos un puente sobre el río San Isidro y pasamos por una puerta metálica que nos llevó al camino asfaltado que venía del pueblo de El Pino. Aquí tomamos a la izquierda para seguir por la ruta de las Foces de El Pino.
Molín de Peón
Pronto llegamos hasta el Molín de Peón, un antiguo molino reconvertido en un centro de alevinaje de trucha gestionado por la Asociación de Pescadores “El Maravayu”.
En este punto continuamos por la Ruta de las Foces de El Pino-Foces de Ruayer (PR-AS 31) atravesando el Puente´l Vao.
Desde aquí comenzamos a ascender por una pista ancha disfrutando del paisaje teñido de verde, característico de estas tierras asturianas.
Poco a poco íbamos subiendo por la ladera del monte contemplando la belleza del valle de Aller, rodeados de bosques de hayas, castaños y robles principalmente.
Fuente las Gavilanceras
Siguiendo el sendero marcado llegamos hasta la Fuente Las Gavilanceras, donde nos refrescamos para continuar ascendiendo.
Íbamos dejando atrás los prados y varias cabañas utilizadas por los pobladores de El Pino en sus tareas agrícolas y ganaderas.
Foces de El Pino
Continuamos ascendiendo rodeados de espectaculares crestas rocosas que surgían de las laderas del monte.
De repente el sonido de las aguas nos llevó a mirar a nuestra derecha y apareció el cauce del río Valmartín encajonado junto a una pared rocosa.
Más adelante encontramos un desvío señalizado que bajaba a la derecha por un estrecho sendero empedrado hacia el cauce de este río, que nacía en la montaña y recorría apenas 6 kilómetros para desembocar en el río San Isidro. Mientras descendíamos contemplamos los macizos rocosos que asomaban en el horizonte.
De esta forma llegamos hasta un bucólico rincón y cruzamos un pequeño puente de madera sobre el río Valmartín.
En este momento cambio el paisaje y entramos en el desfiladero de las Foces de El Pino, caminando por un sendero de piedras junto al cauce del río.
Atravesamos las Foces de El Pino entre las paredes rocosas de Peña La Panda (1,790 metros) y el Pico Pandos (1.566 metros), separadas en algunos tramos por tan solo unos seis metros.
Rápidos y Cascadas
Seguimos subiendo envueltos en este paisaje único que formaba el Monumento Natural de las Foces de El Pino, disfrutando de uno de los desfiladeros más impactantes de Asturias.
Entonces apareció un puente de piedra sobre el cauce del río, desde el que nos asomamos para contemplar como se descolgaban las aguas formando largos rápidos y caprichosos saltos de agua.
De esta forma disfrutamos de este auténtico milagro de la naturaleza creado por la acción del agua que moldeaba la falda rocosa de la montaña.
Mientras atravesamos esta garganta de las Foces de El Pino sentimos el frescor de las limpias aguas del río Valmartín que bajaban con fuerza.
Calzada romana
Continuamos ascendiendo saliendo del desfiladero pegados a la pared por un antiguo ramal de la vía romana de Vegarada, utilizado por los lugareños para acceder a las majadas o mayaos de Fondil y Caniella.
Aunque se podía continuar por esta Ruta PR-AS 31 hasta las Foces de Ruayer, nosotros solo subimos hasta un puente de madera, conocido como El Posaero.
En este punto encontramos un cruce de caminos que ascendían, uno hacia Caniella y otro hacia Peña Redonda o Peña Reonda.
Estos caminos conectaban los montes de Asturias y de León.
Después de descansar un rato descendimos de nuevo por el mismo sendero admirado la belleza del desfiladero de las Foces de El Pino.
El Pino
Cuando llegamos al Molín de Peón continuamos por el camino compartido por la Ruta de las Foces de El Pino (PR-AS 31) y la Senda Verde Foyoso (PR-AS 242) en dirección a la localidad de El Pino.
Pasamos junto a la Fuente la Salud donde nos refrescamos y seguimos por la pista asfaltada hasta las calles de El Pino.
En esta localidad se encontraba el inicio de la Ruta de las Foces de El Pino-Foces de Ruayer (PR-AS 31) que habíamos utilizado para completar nuestra ruta personalizada de unos 9 kilómetros (ida y vuelta).
Atravesamos las calles de El Pino, un pueblo que conservaba las huellas de su pasado ganadero y agrícola.
Siguiendo las indicaciones continuamos en dirección a Felechosa rodeados de muros de piedra que delimitaban los verdes prados, donde pastaba el ganado.
Felechosa
De esta forma llegamos a la parte baja de Felechosa, una pequeña localidad asturiana con un casco urbano lleno de casas con encanto y bonitos rincones.
Durante esta ruta personalizada de las Foces de El Pino desde Felechosa en Asturias descubrimos un espectacular desfiladero que conectaba los montes de Asturias y León.