En uno de nuestros viajes por Asturias, nos adentramos en el interior del concejo de Valdés, para realizar una ruta circular por las Hoces del Esva, rodeados de agua y bellos paisajes montañosos.
Ruta circular por las Hoces del Esva
Realizamos esta ruta en unas 5 horas, partiendo de Bustiello de Paredes, subiendo y bajando por un sendero marcado, hasta llegar al cauce del río Esva. Después nos acercamos hasta el pueblo de Calleras y regresamos por el monte, contemplando desde arriba las Hoces del Esva, hasta llegar de nuevo a Bustiello de Paredes. Un recorrido precioso de unos 14 kilómetros, sin demasiada dificultad, perdidos entre la naturaleza.
Inicio en Bustiello
En primer lugar salimos de Luarca por la carretera AS-219 y después de recorrer unos 28 kilómetros, llegamos a la aldea de Bustiello de Paredes perteneciente al Concejo de Valdés. Pasamos junto a una casa verde, que era un bar, y dejamos el coche en un aparcamiento de tierra señalizado, cerca de un puente, que atravesaba el río.
Desde allí, comenzamos a andar por una estrecha carretera y llegamos al centro de la localidad de Bustiello.
Después atravesamos el pueblo ascendiendo entre casas de piedra hasta un desvío que señalizaba el inicio de la ruta.
Continuamos ascendiendo por una pista de tierra, que varios operarios estaban acondicionando con unas máquinas excavadoras.
Cuando entramos en una zona mas boscosa, nos estaba esperando en mitad del camino una cría de ciervo, que nos miró con curiosidad antes de emprender la huida.
Antigua Central eléctrica del Esva
Seguimos el sendero entre árboles y mas adelante nos desviamos del camino para dirigirnos hacia la antigua Central eléctrica del Esva.
Descendimos por una senda entre castaños hasta llegar al cauce del río, en cuya orilla estaban ubicadas las instalaciones abandonadas de dicha central eléctrica.
Entramos en el pabellón abandonado y paseamos entre las viejas maquinas tapizadas de vegetación.
El río formaba parte del escenario natural del bosque en galería, que se cerraba como en una bóveda, creando un ambiente húmedo.
El Cabañón
Volvimos a desandar el camino y subimos hasta retomar de nuevo el sendero flanqueado por eucaliptos, que nos dirigía hacia las Hoces del Esva.
Continuamos la ascensión y llegamos a El Cabañón, una casa de piedra, que en otras épocas se utilizó como almacén y ahora se encontraba totalmente abandonada.
Hoces del Esva
Desde este punto ya se apreciaba el desfiladero, en cuyo fondo discurría el río, zigzagueando entre las rocas y la vegetación.
A partir de aquí comenzamos a descender por una vereda muy cómoda, disfrutando del paisaje espectacular.
En algunos momentos el camino se estrechaba y se pegaba a la pared de roca colgado de la ladera empinada, que se precipitaba hacia el río.
Pasamos junto a varias cabras que pastaban tranquilamente en lo alto del risco.
Después de recorrer el camino descendente, pasando por varias fuentes y arroyos entre la exuberante vegetación, llegamos al borde del río.
Embalse de Calleras
Cruzamos varias zonas acondicionadas con barandillas de cuerdas en la pared y escaleras que subían y bajaban en dirección al antiguo Embalse de Calleras.
Esta presa sirvió en su día para retener el agua, que era utilizada en la vieja Central eléctrica del Esva.
Pasarelas de madera
Continuamos nuestro camino, siguiendo el cauce caprichoso del río, atravesando el bosque por unas zonas acondicionadas con escaleras y pasarelas de madera, que subían y bajaban para salvar los desniveles de la orilla del río.
Era la parte más atractiva del paseo, que hicimos caminando junto al curso del río Esva.
En un momento del trayecto, dejamos atrás el río y comenzamos a ascender por una vereda de hierba entre robles, que nos dirigió hacia el pueblo de Ese de Calleras.
Pasamos por una zona habilitada con mesas de madera, a modo de merendero, y después de atravesar un pinar, finalmente salimos a la carretera.
Ese de Calleras
A la derecha estaba Ese de Calleras, una pequeña aldea a la que nos acercamos para pasear por sus calles.
Calleras
Luego retomamos la carretera y nos dirigimos, subiendo algo más de un kilómetro rodeados de vacas que pastaban en los campos, hasta llegar a Calleras, un pueblo un poco más grande perteneciente como el anterior al Concejo de Tineo.
Casa Retumba
Bebimos agua en la fuente de la entrada del pueblo y como no llevábamos comida nos dirigimos al bar tienda de la localidad, conocido por Casa Retumba, para picar algo.
Allí nos atendió amablemente Pepe, que se acababa de levantar de la siesta y nos sirvió un poco de Queso de Oscos, muy cremoso, con unas anchoas en aceite y un poco de fruta con una lata de cerveza.
Después de la caminata, nos supo todo riquísimo y disfrutamos comiendo mientras escuchábamos las anécdotas de Pepe, que se movía por la pequeña barra del establecimiento.
Regreso por el monte
Para regresar a Bustiello de Paredes nos aconsejó cruzar el monte sobre las Hoces del Esva, un trayecto más fácil y era el que utilizaba la gente del pueblo.
Salimos del pueblo por donde habíamos entrado y a pocos metros tomamos la carretera que ascendía en dirección a Bustellin.
Después de subir una pendiente, desde donde se contemplaban algunas casas de Calleras, tomamos a la izquierda por un camino de tierra, que seguía ascendiendo.
Cuando llegamos a la última casa del pueblo cogimos el sendero de la izquierda en dirección a El Cabañón.
Atravesamos un pinar y salimos a una zona más abierta.
Seguimos por el estrecho sendero entre helechos, que nos dirigía, pegado a la ladera del monte, hacia la parte alta de las Hoces del Esva.
El Pico
Llegamos al Pico, donde un pequeño promontorio presidia unas grandes rocas colgadas sobre un precipicio, que asomaba desde las alturas al cauce del río.
Dejamos atrás este pico y continuamos caminando, disfrutando del paisaje y del sonido del río, que subía desde el fondo del desfiladero.
Pasamos a la altura de la Presa de Calleras, que se divisaba al fondo.
El camino que se dibujaba en la ladera nos llevó hasta un cruce y allí tomamos el sendero que descendía hacia El Cabañón, en dirección hacia Bustiello de Paredes.
Pendiente pronunciada
Descendimos por una pendiente bastante pronunciada, pasando por zonas despejadas y por otras rodeados de árboles bajos.
Durante el descenso se divisaba a lo lejos el edificio de El Cabañón y el curso del rio Esva.
Llegamos a un cruce y desde allí volvimos por el mismo camino por el que habíamos subido, pasando de nuevo por El Cabañon.
Regresamos de nuevo a Bustiello de Paredes y cruzamos la aldea en dirección al aparcamiento.
Después de 5 horas recorriendo las Hoces del Esva, yendo junto al río y volviendo por el monte, todavía teníamos ganas de un poco de fiesta.
Fiesta del Bollo en Villanueva de Trevías
Haciendo caso a Pepe, de Casa Retumba de Calleras, nos acercamos en coche hasta la localidad cercana de Villanueva de Trevías, donde se celebraba el Día del Bollo, dentro de las Fiestas del Santo Angel de la Guarda.
Nos apuntamos a la fiesta y por 7€, que costaba el ticket, merendamos dos bollos rellenos de chorizo, con una botella de vino y dos yogures en un ambiente popular muy agradable. Fue un broche perfecto para esta jornada, perdidos en los bellos parajes del interior de Asturias.
La Ruta circular por las Hoces del Esva es una excursión muy interesante para disfrutar del paisaje y de los pueblos de Asturias.