Comenzaremos diciendo que desde hacía tiempo teníamos ganas de degustar el Menú de El Corral del Indianu de Arriondas. Un restaurante que ostentaba una estrella michelin y dos soles repsol. Durante esta visita probamos el Menú Sensaciones de Otoño (91€), un desfile de platos creativos con un sabor sorprendente, servidos en un local muy acogedor. Es una pena que el servicio de sala, en esta ocasión, no estuviese a la altura de esta propuesta gastronómica tan interesante.
Menú de El Corral del Indianu de Arriondas
En uno de nuestros viajes por Asturias recalamos en el Restaurante El Corral del Indianu de Arriondas, situado en la Avenida Europa nº 14 de esta localidad asturiana.
Desde el exterior no se adivinaba lo que se escondía entre sus paredes de piedra y ladrillo. Al entrar nos encontramos con un comedor que lucía una decoración clásica, donde predominaba la madera y los cuadros coloristas.
Pero nuestra mesa se encontraba en otra estancia, que disponía de una enorme cristalera, junto a un bonito patio con una vegetación muy frondosa. En sus paredes colgaban platos, cuadros y originales figuras de varios animales, como el jabalí y el ciervo.
Tomamos asiento en unas confortables sillas alrededor de una mesa con una mantelería blanca y una vajilla y unos complementos muy modernos. Además, desde allí, se podía disfrutar de las vistas del espacio ajardinado.
Menú Sensaciones de Otoño
Enseguida nos atendió la jefa de sala, que nos informó sobre los platos y menús degustación de los que disponían. Nuestra elección fue rápida y nos decantamos por el Menú Sensaciones de Otoño (69€/persona). Una selección de platos elaborados por Jose Antonio Campoviejo, un cocinero asturiano autodidacta con un gran ingenio creativo y una técnica que roza la perfección. Actualmente sirven el Menú Sensaciones (91€/persona) y el Menú Degustación (101€/persona)
Además, nos asesoró amablemente en lo relativo a la bodega, que disponía de 99 vinos seleccionados por el chef. Finalmente elegimos el número 85, una botella de Gabaxo 2016 (31,50€), vino tinto de autor elaborado con uva garnacha de la DOc Rioja.
A partir de este momento quedamos en manos de unos camareros que se limitaban a servir los platos y recitar de carrerilla su composición. Mientras esperábamos el ilusionante desfile de platos, nos ofrecieron agua en una jarra, sin informar si era del grifo, filtrada o agua mineral de botella o “Agua natural de Asturias” (2,75€) como aparecía en la factura.
Entrantes
En primer lugar degustamos las “Perlas” en el Eo, una deliciosa esfera helada de chocolate blanco rellena de la esencia del mar. Una creación que explotaba en la boca y despertaba todos los sentidos.
Continuamos con “Raíces” un bocado suave que te hacía viajar a los sabores mas tradicionales.
Seguimos pegados a la cocina de casa con una exquisita Croqueta de jamón ibérico, crujiente por fuera y cremosa por dentro.
Sabores asturianos
Posteriormente degustamos un Macaron de maíz y sabadiego (un chorizo negro asturiano), un bocadito muy sabroso.
Cada plato aparecía con una presentación muy cuidada y con un sabor sorprendente. A continuación probamos el Bombón de Cabrales y chocolate blanco, un trampantojo delicado y explosivo.
El siguiente plato continuaba haciendo guiños a la tradición, pero pasada por el filtro de este inquieto cocinero asturiano. Un claro ejemplo era la creación “Lácteos de Asturias“. Compuesto por una espectacular y original sopa de ajo y una esfera de queso de Geo de Lazana sobre una tosta de pan caramelizada.
La fiesta gastronómica continuó con un Torto de maíz con guacamole y cebolla marinada.
Finalizamos los entrantes con un plato denominado curiosamente Vacaballo. Una combinación magistral de carne de vaca marinada con huevas de rodaballo ahumado y matices picantes y ácidos.
Primeros platos
En este momento de la velada llegó el pan acompañado de una mantequilla adictiva (3,08€/persona). Un detalle poco elegante cobrar el pan en un Menú Degustación, pero bueno.
Por otra parte, seguían llegando las sorpresas positivas a la mesa. Concretamente la especialidad llamada “Como una ensalada de tomate, lechuga y cebolla“. Una forma diferente y original de comer una ensalada.
Seguidamente probamos los Cubos de la Memoria, un homenaje a la tradicional borona preñada, con una puesta en escena llamativa.
¡Aparecieron las fabes!
Como no podía ser de otra forma aparecieron las “Fabes fresques” en escabeche tibio, sobre un bonito ligeramente marinado y su jugo ahumado. Un gran plato que dejaba su huella en el paladar.
En la lista de primeros platos estaba el Salpicón de Bogavante. Por este motivo preguntamos amablemente a los camareros porque no se había servido. Como su respuesta fue en varias ocasiones que vendría mas adelante, finalmente preguntamos a la maitre. Cuando vio la hoja de los platos dijo que ese no era el menú y se llevo la hoja, sin mas explicaciones. Además no nos dejo una hoja nueva para seguir el menú.
Segundos platos
La velada gastronómica siguió su curso sin bajar en intensidad de sabores y en la vistosidad de las presentaciones. En este momento degustamos un Meloso de ternera lacado envuelto en una lámina de atún rojo y salpicado de sésamo negro. Tanto la carne como el pescado estaban deliciosos y combinaban perfectamente.
Entonces llegó a la mesa por sorpresa y sin ninguna explicación el Salpicón de Bogavante, una delicia presentada con sus corales ligados. Hay que decir que por nuestra parte habría sido suficiente con una disculpa por el error de la hoja del menú.
Después de este agradable inciso llego la hora del pescado del día, plato denominado Artesanía oceánica. En este momento degustamos un Salmonete bien cocinado con una salsa de sus interiores y acompañado con unas algas en textura.
Posteriormente pasamos al plato de carne, un Gochin astur-celta prensado y tostado. Además estaba escoltado por una suave ensalada de mar y tierra.
Postres originales
En primer lugar probamos la fantasía “Fabes roxes, fabes pintes” un conseguido trampantojo.
Finalizamos con “Las emociones del arroz con leche“, un postre clásico asturiano transformado por el chef en una lujosa exquisitez.
Pero todavía faltaban los Petit Fours, un Macaron de cacao con crema de limón y un Bombón de chocolate y fruta de la pasión. Un broche perfecto.
Sorpresa desagradable
Después de esta fantástica velada gastronómica llena de sabrosas sorpresas culinarias bien ejecutadas, pedimos la cuenta a uno de los camareros. Cuando vimos la factura nos quedamos de piedra. En ella aparecía el concepto de 2 cubiertos (6,16€) y nos habían cobrado el agua servida en una jarra sin especificar que era agua mineral (2,75€).
Como los camareros no supieron explicarnos nada al respecto, solicitamos hablar con la maitre. La jefa de sala nos informó de que el concepto “cubiertos” se refería al pan y la mantequilla, que aparecían incluidos en el menú y que el agua de la jarra era agua mineral. Le mostramos nuestro asombro, pero se fue y envió a uno de los camareros a cobrarnos. Finalmente le había ordenado descontar de la factura el importe del agua pero no el de los “cubiertos”. Pagamos sin pedir más explicaciones y antes de marcharnos tuvimos que volver a pedir la hoja con los platos del menú, que en esta ocasión estaba rectificada.
Hay que decir que no entendemos este gesto de cobrarnos algo que estaba incluido en el precio del Menú Degustación, es decir los “cubiertos”. Queremos pensar que esto no es lo habitual y que ha podido ser un malentendido o que la maitre tenía mal día.
Resumiendo, un esplendido momento gastronómico alrededor de la mesa degustando el Menú de El Corral del Indianu de Arriondas. Solamente empañado por estos pequeños detalles tan poco elegantes, en un establecimiento de esta categoría.
El Corral del Indianu
Dirección: Av. de Europa, 14, Arriondas
Cerrado jueves