Como cada 19 de marzo se celebra en Bakio la festividad de San José. Durante estas fiestas tiene lugar la presentación anual de la nueva cosecha de txakoli. Además también se suele organizar la jornada “Bakioko Erroak” (5€/persona) con el txakoli de Bakio como protagonista principal. La actividad consistía en visitar el museo del txakoli o Txakolingunea y realizar un recorrido guiado por la historia y los viñedos de la localidad. Finalmente la visita concluía en una bodega, donde se mostraba el proceso de elaboración del txakoli de Bakio y se realizaba una cata.
Txakoli de Bakio
El txakoli de Bakio se elabora con las uvas autóctonas Hondarribi (principalmente Hondarribi zuri y también Hondarribi zuri zerratia y Hondarribi beltza). Además este vino se producía bajo la Denominación de Origen Bizkaiko Txakolina. El txakoli blanco era el más conocido y el que contaba con una mayor producción. Pero también se elaboraba txakoli beltza (tinto) y txakoli rosado u “ojo de gallo”, como se conocía popularmente.

Bakio, además de ser conocida por el txakoli, también era un enclave turístico muy importante. Tanto para el turismo residencial, que llegó durante el boom urbanístico de los años 70, como para los aficionados al surf, que se acercaban a sus esplendidas playas. Antiguamente era predominantemente agrícola, debido a que estaba situada en una vaguada junto al mar, rodeada de montañas, que la protegían de los vientos fríos. Por este motivo contaba con un microclima mas suave y cálido, muy propicio para los viñedos. Actualmente, gracias al resurgir del txakoli, en las laderas y en el fondo de este pequeño valle, ha ganado presencia la actividad vitivinícola.

El sábado, 18 de marzo, participamos en esta jornada alrededor del txakoli de Bakio denominada “Bakioko Erroak” (5€/persona). Además de la visita al Txakolingunea, el recorrido por Bakio y la visita a la bodega, te obsequiaban con una copa grabada con el logo de Bakio.

Museo del txakoli o Txakolingunea
La jornada comenzaba con una visita guiada al Museo del txakoli o Txakolingunea, ubicado en Basigoko Bide Nagusia 3. En primer lugar recorrimos la planta baja, donde estaba la recepción, una barra con los diferentes tipos de txakoli y una sala de exposiciones.

Después subimos a la primera planta, donde asistimos a dos proyecciones audiovisuales muy interesantes. Por una parte conocimos la historia de Bakio y por otra el proceso de elaboración del txakoli de Bakio.


Posteriormente visitamos una zona de pantallas interactivas con información muy detallada sobre el txakoli. Además había una exposición de utensilios usados durante la historia para elaborar el txakoli.


Visita guiada por Bakio
Posteriormente comenzamos la visita guiada por Bakio, junto al río Estepona o Zarraga. Hay que destacar que este río, en otros tiempos, marcaba los límites entre la anteiglesia de Bakio y la villa de Bermeo.

Después de reunirnos frente al Museo del txakoli con una guía local arrancamos este paseo por Bakio, para sumergirnos a través de la historia en sus orígenes agrícolas.

En principio nos dirigimos hacia la playa, pero enseguida abandonamos la acera para entrar por un camino a la izquierda, que nos llevó hasta un arroyo junto a un viejo baserri.

Después cruzamos un pequeño puente y pasamos por debajo de una galería de viejas vides plantadas con el sistema de emparrado. Destacaban unos enormes pilares de piedra utilizados como columnas de sujeción de las vides.


Plaza de la Iglesia de Bakio
Después salimos a una pequeña carretera que ascendía hacia la Iglesia de Santa María de la Asunción. Antes de llegar a la iglesia vimos el edificio abandonado del Colegio de la Purísima Concepción.


Viñedos centenarios
Cuando llegamos a la plaza de la iglesia nos dirigimos hasta un viñedo centenario de la Bodega Zabala. En esta plantación se alternaban vides centenarias en emparrado (sistema más antiguo) y otras en espaldera.

Desde allí se podía ver el Palacio de Elexpuru, que en otros tiempos estuvo ocupado por una de las familias más poderosas de Bakio.

Nos acercamos al edificio señorial y comprobamos que estaba muy bien conservado.
Bodegas de txakoli
Posteriormente nos asomamos desde un pequeño promontorio al fondo de la vega. Desde allí se veían los viñedos plantados en las laderas del monte, protegidos de las inclemencias del tiempo. Además aparecían las instalaciones de la Bodega Ados Basarte, junto a sus viñedos.

Luego volvimos hasta la plaza de la iglesia y nos dirigimos hacia el cementerio. Cuando llegamos junto a este recinto, comenzamos a descender por unas escaleras adoquinadas hacia el centro urbano.

Edificios con historia
Durante el recorrido pasamos por la villa de Quinta Torre construida en 1896 por un indiano (gente del pueblo que emigraba a América y regresaba con cierta fortuna). Era un edificio de estilo ecléctico, que en la actualidad albergaba la Residencia Zuetxe, para personas de la tercera edad.

Además, muy cerca se encontraba Villa Feliena, una casona de indianos con claras influencias de la arquitectura francesa de la época.

Un paseo muy interesante descubriendo los origenes de Bakio, muy ligados al txakoli.
Bodega Doniene Gorrondona Txakolina
Para finalizar esta jornada protagonizada por el txakoli de Bakio se visitaban tres bodegas de la localidad. En nuestro caso nos dirigimos hacia la Bodega Doniene Gorrondona Txakolina, situada en la Calle Gibelorratzagako San Pelaio, en el Barrio de Olalde.

La bodega ocupaba un caserío de 1852, que fue adquirido en 1994 para transformarlo en una moderna bodega de txakoli.


Viñedos junto al mar
En lo alto de la colina nos recibió Andoni, uno de los responsables de esta bodega. Luego nos llevó hasta sus viñedos, donde nos hablo del proceso que seguía la uva hasta convertirse en txakoli.

Las vides del txakoli se plantaban actualmente siguiendo el sistema de espalderas. De este modo se facilitaban las trabajos en los viñedos, que muchas veces se encontraban en lo alto de las laderas.

Como estábamos casi en primavera, pudimos contemplar los primeros brotes de la vid.

Instalaciones modernas de la bodega
Siguiendo el recorrido que hacía la uva, entramos en las instalaciones de la bodega. Allí, dependiendo de su calidad, se prensaba directamente o se depositaba en unos depósitos de acero inoxidable para extraer por rotura, por su propio peso, el primer mosto.


Después se iniciaba el proceso de limpieza del mosto y la fermentación en unos depósitos metálicos con control de temperatura. Posteriormente se produciría el trasiego y el filtrado previo, antes de ser embotellado como Bizkaiko txakolina. Según el tipo de txakoli, la fermentación era mas lenta o mas rápida, dependiendo de la temperatura.

Además en esta bodega, utilizando sus mejores uvas producían un txakoli blanco fermentado en barrika.

Vino espumoso
También se habían atrevido con los vinos espumosos tipo cava o champaña. Por ello, elaboraban el Doniene Apardune ( espumoso en euskera) un brut nature elaborado con un txakoli de gran calidad.


Cata de txakoli
Finalizamos el recorrido de la bodega en una estancia con una barra y unas mesas, donde degustamos dos tipos de txakoli y un pintxo de chorizo.


En primer lugar tomamos una copa de Txakoli Gorrondona 2016, el más clásico. Después catamos el Txakoli Doniene 2015, un vino monovarietal de uva Hondarribi zuri.


La Bodega Doniene Gorrondona Txakolina, basándose en la investigación y el cuidado de las uvas autóctonas, ha conseguido situarse a la vanguardia de la elaboración del Bizkaiko Txakolina.

“Bakioko Erroak” una jornada muy interesante con el txakoli de Bakio como protagonista. Durante la misma nos sumergimos en su historia y en el mundo del txakoli, un vino con identidad propia, fiel reflejo de la tierra donde se produce.