Un sábado primaveral nos acercamos a la capital andaluza para visitar la ciudad y sobre todo para ir de tapas por Sevilla.
De tapas por Sevilla
En primer lugar realizamos la visita obligada a la Giralda en cuyos alrededores se agolpaba una multitud de turistas y varios coches de caballos preparados para llevar a cualquier interesado a recorrer la ciudad.
Callejeando por Sevilla
Luego nos internamos en el Barrio de Santa Cruz recorriendo sus estrechas calles y bordeando la muralla de los Jardines del Real Alcázar llegamos a los Jardines de Cristina Ribera.
Desde allí continuamos paseando por Sevilla hasta llegar a la espectacular Plaza de España.
Después atravesamos el Parque de María Luisa para volver a acercarnos hasta el Paseo de las Delicias, junto al río Guadalquivir. Continuamos en dirección a la Torre del Oro, donde tras disfrutar de este magnífico edificio de origen árabe, bajamos a la ribera del río para realizar un paseo en barco (15€) y conocer Sevilla desde el agua.
Sevilla desde el barco
Durante el trayecto en barco disfrutamos de la panorámica de las casas coloridas del Barrio de Triana, de su puente y de la polémica nueva Torre de Pelli, junto a los pabellones del recinto de la Exposición Universal, celebrada en 1992 en la Isla de la Cartuja.
Desembarcamos de nuevo en el muelle junto a la Torre del Oro y nos encaminamos hacia el Puente de San Telmo, para pasar a la otra orilla y pasear por el Barrio de Triana.
Caminamos por la Calle Betis, repleta de locales de hostelería, unos diurnos y otros nocturnos, disfrutando de las vistas de la otra parte de la ciudad y llegamos hasta la Plaza del Altozano, junto al Puente de Isabel II, más conocido como Puente de Triana. Allí continuamos por la calle peatonal de San Jacinto, donde había una gran cantidad de bares y restaurantes con sus terrazas llenas de gente tomando el aperitivo con sus tapas.
De tapas por Sevilla
Después de recorrer algunos de los lugares mas atractivos de la ciudad, decidimos irnos de tapas por Sevilla. Hay que recordar que en los bares de Sevilla las tapas no son gratis y normalmente tienen un gran variedad de tapas que hay que pedirlas al camarero.
Taberna El Papelón
Nuestra primera parada fue en la Taberna El Papelón, Calle San Jacinto 14, una bodega renovada, que mantenía en sus paredes las huellas del tiempo pasado, decorada con vehículos y utensilios de otros tiempos, motos, hornos, cajas y viejos cuadros.
Disponía de una barra con una vitrina expositora a modo de tienda y la cocina estaba a la vista para poder ver como preparaban los platos que servían.
Nos sentamos en la terraza y un atento camarero nos trajo la carta donde aparecían sus especialidades, entre las que destacaban los papelones, unos papeles sobre los que servían los embutidos, quesos y chacinas al peso y que daban nombre al establecimiento. Nosotros pedimos una caña de cerveza Estrella del Sur (1€) y la acompañamos con varias tapas. Comenzamos con unos Tomates aliñados (2,90€) que estaban muy sabrosos con un aliño justo.
También probamos unos Garbanzos con espinacas (2,90€) bien cocinados y bastante especiados.
Taberna El Papelón, un local moderno que mantenía la esencia de las antiguas bodeguillas y que contaba con varios locales repartidos por la ciudad.
Cervecería La Grande o Mariscos Emilio
Seguimos paseando por la calle peatonal y nos llamó la atención la Cerveceria La Grande o Mariscos Emilio, en la Calle López de Gomara 28, donde el gentío se agolpaba alrededor de su ventanal, desde donde pedían sus consumiciones y sus tapas, principalmente de marisco.
Entramos en el local abarrotado y nos acercamos a la barra para disfrutar de la vista de los mariscos expuestos en una vitrina detrás de la barra, donde los camareros desfilaban a buen ritmo despachando las peticiones del respetable.
Después de esperar un rato, llego nuestro turno y pedimos dos copas de Barbadillo, vino blanco seco gaditano servido con una tapa de aceitunas. Para picar nos dejamos llevar por lo que pedía la mayoría y nos decidimos por media ración de Gambas pequeñas (2 bebidas y tapa 7,30€). Buena elección, las gambas estaban deliciosas.
Cervecería La Grande o Mariscos Emilio, un bar tradicional del Barrio de Triana especializado en mariscos.
Bar Las Golondrinas
Continuamos nuestro paseo gastronómico y recalamos en el Bar Las Golondrinas, en la calle Pages del Corro nº 76, muy cerca del anterior.
Nos aposentamos en su larga barra y pedimos una caña de cerveza (1,20€) y repasamos la carta de tapas. El camarero nos aconsejó probar la Tapa de Punta de Solomillo de cerdo con patatas fritas (2,40€), hecha al momento y con un buen sabor.
También degustamos una Tapa de Bacalao confitado (3,70€), una ración de pescado de calidad con un punto muy original.
Para finalizar pedimos una Tapa de Navajas a la plancha (2,50€) que estaban deliciosas.
Después de esta incursión en el mundo de las tapas en el Barrio de Triana, decidimos seguir de tapas por Sevilla. Salimos de este barrio cruzando el Puente de Triana.
Bar El Baratillo
Siguiendo por la orilla del río, nos dirigimos a las inmediaciones de la Plaza de Toros de La Maestranza, donde llegamos al Bar El Baratillo, en la Calle Adriano nº 20, detrás de La Maestranza. Este local conservaba el estilo clásico de los cafés del siglo pasado y sus paredes estaban adornadas con cabezas de toros bravos disecados, con su ficha técnica, nombre, kilos y torero que lo lidio.
Nos sentamos en una mesa y pedimos una caña de cerveza (1,40€) y varias tapas clásicas de este bar. Comenzamos con una Tapa de Creps Tres Pisos ( 3€), una tapa fría con tres sabores donde destacaba la ensaladilla rusa,
Luego nos decantamos por un bocado muy típico de la ciudad, la Tapa de Flamenquín casero de carne ( 3,50€), que estaba muy rico.
Para terminar probamos la Tapa de queso de cabra frito con mermelada de pimientos asados ( 3€), una original combinación con un sabor delicioso.
El ambiente del Bar El Baratillo era muy tranquilo y se estaba muy a gusto probando sus tapas bien elaboradas, con toques modernos.
Taberna Dos de Mayo
Salimos del bar y nos internamos por las calles de Sevilla en dirección al Barrio de San Vicente. Pasamos por varios edificios singulares y atravesamos varias plazas hasta llegar a la Plaza de la Gavidia, en cuyo número 6, se ubicaba la Taberna Dos de Mayo.
Atravesamos la terraza y entramos en el local lleno de gente y nos colocamos en una esquina de la barra junto a la pequeña cocina de donde salían las tapas y raciones hechas al momento. Todas las tapas tenían muy buena pinta y los camareros las servían con agilidad nombrándolas con gracia; una de “bacalao piri piri” “un montadito de presa”.
Un simpático camarero nos sirvió una caña de cerveza (1,25€) y nos dijo que no podíamos irnos de Sevilla sin probar el Plato de Revuelto de Bacalhau Dourado (8€), que lo cocinaron delante nuestro. Un buen plato con reminiscencias portuguesas con un sabor muy fino y nada empalagoso, ideal para compartir.
Mientras lo degustábamos entablamos conversación con el camarero, el cual nos contó que en sus años mozos trabajó como músico acompañando por toda España a los cantantes y grupos de la época. Además a la conversación se unió un simpático sevillano, casado con una gaditana, que nos recomendó visitar el Restaurante Bar Eslava, que estaba muy cerca de allí.
Restaurante Bar Eslava
Entonces nos dirigimos hacia la Plaza de San Lorenzo y muy cerca se encontraba el Restaurante Bar Eslava, en la Calle Eslava nº 3, frente a la pared lateral de la Iglesia de San Lorenzo.
Era un local muy coqueto y contaba con un comedor y varias mesas altas en la terraza. Había mucha gente esperando mesa y nos apuntamos a la lista de espera. Por este motivo es muy recomendable llamar antes para reservar mesa. Mientras esperábamos nuestro turno pedimos una caña de Cerveza Cruzcampo (1,20€) con una tapa de aceitunas y chochos.
Como nos comentaron, el Bar Eslava se había distinguido en sus 29 años de existencia por elaborar unas tapas más elaboradas y sofisticadas pero siempre teniendo en cuenta los productos autóctonos de calidad. Una opción interesante para ir de tapas por Sevilla. Cuando llego nuestro turno nos aposentamos en una mesa alta de la terraza, dispuestos a degustar las delicias que veíamos pasar en las bandejas de los eficientes camareros. Comenzamos con el Mi-cuit de foie con pan de avellanas y gelatina de almendras amargas ( 3,50€). Una delicia.
Continuamos con la Tapa de Yema sobre bizcocho de boletus y vino caramelizado (2,90), una yema de huevo hecha a baja temperatura acompañada del sabor intenso del boletus y suavizada con la reducción de vino caramelizado. Una tapa genial que consiguió el galardón de mejor tapa en el Certamen de “Sevilla en boca de todos 2010”.
Luego degustamos una de sus especialidades más originales, la Tapa Un Cigarro para Bécquer (2,90€), hecha con pasta brie rellena con una bechamel elaborada con chocos y tinta de calamares con el suave toque de unas algas. Tapa de autor sublime, que consiguió el 3º premio de “Sevilla en boca de todos 2013”.
Después probamos unos Boquerones blancos de Málaga frito (2,90€), una tapa tradicional donde el pescado estaba muy suave y la fritura poco aceitosa. M
También nos recomendaron pedir la Costilla de cerdo con miel de romero al horno (2,90€), una especialidad marca de la casa, con una carne jugosa y muy original el punto de la miel.
Para terminar nos decantamos por una tapa dulce de Helado artesanal de queso ( 5,50€), muy cremoso y con un sabor muy logrado.
En el Bar Restaurante Eslava, se conjugaban perfectamente el atrevimiento, la originalidad, el trabajo bien hecho y la atención al cliente. Un local que no puede faltar si se va de tapas por Sevilla.
Un recorrido por las calles de la ciudad, yendo de tapas por Sevilla, disfrutando de las pequeñas joyas gastronómicas que sirven en sus bares.