Un jueves, al anochecer, nos acercamos al muelle situado junto al Museo marítimo de Bilbao para asistir a la aventura cervecera de Exploratorium Bilbao, donde se iban a presentar dos actividades muy llamativas, las Mesas Nómadas y las Catas Viajeras.
Exploratorium Bilbao
La cita era en los muelles del Museo Maritimo de Bilbao y siguiendo nuestro instinto aventurero, nos dirigimos hacia un pequeño barco, con el nombre de Txinbito, atracado bajo la sombra rojiza que proyectaba la grúa Carola.
Viaje por la ría en el Tximbito
Subimos a la embarcación y la decoración del interior del barco nos traslado a otra época. Nos sentimos como unos viajeros navegando en busca de aventuras por la ría de Bilbao. El actor Sergio Otegui oficiaba de anfitrión y nos situó en la trama de esta experiencia sorpresa.
Íbamos muy cómodos en nuestro papel y nos identificábamos con el personaje de Humphrey Bogart en la película “La Reina de Africa”, en busca de aventuras y con una compañía muy selecta.
Cata de cerveza
Junto a Sergio iba un improvisado capitán, Julio Cerezo, un sumiller que nos explicó los tres principios de la cata: ver, oler y saborear.
Poco a poco cogimos confianza y nos aproximamos hasta nuestra compañía SELECTA, que destapó todos los encantos de una cerveza tostada extra. La tomamos de la cintura con suavidad, la inclinamos 45º y dejamos que deslizara sus primeras gotas de alegría por el borde. En breve se niveló y manó libremente golpeando con fuerza en el mismo centro de la copa.
El final fue apoteósico y la luz acentuaba el color tostado del líquido, coronado por una cremosa capa blanca. Llego el momento crucial y el explorador no defraudo, se la acerco a los labios y disfrutó de todo su sabor y frescura, que le dejo una huella persistente con un toque amargo en el paladar.
Parada en el Superpuerto de Bilbao
Caía la noche y de repente sonaron unas sirenas y el capitán del barco anuncio a la tripulación su intención de atracar en el puerto, mejor dicho en el Superpuerto de Bilbao.
Cena sorpresa con el chef Ricardo Pérez
Desembarcamos en la penumbra y nos condujeron hasta una enorme nave industrial, que se usaba como almacén. En la entrada había una carpa, donde nos dieron la bienvenida a este misterioso viaje. Después de sellarnos el pasaporte, nos invitaron a pasar al interior del almacén.
Allí nos recibió Ricardo Pérez y su equipo del Restaurante Yandiola en el vestíbulo de un original restaurante de campaña, cuyas paredes estaban formadas por unas enormes bobinas de papel almacenadas en la nave.
Toda la decoración del improvisado restaurante nos retrotraía al ambiente de las películas de viajes y aventuras, predominando el color camel, los mapas y las maletas.
Nos situamos frente a una fila de camareros vestidos de negro, aunque nosotros queríamos imaginarnos que estábamos rodeados de un ejército de piratas, para continuar con la aventura, como si estuviésemos en los Mares del Sur.
Nos tranquilizó ver las mesas del improvisado hall, llenas de botellas de cerveza bien frías, que las consumimos en un ambiente muy animado.
Show cooking
Los cocineros estaban concentrados en el proceso de elaboración de los aperitivos y pudimos disfrutar de un show cooking muy especial.
En una barra, Ricardo Pérez y Borja Etxebarria confeccionaban e iban emplatando un delicioso aperitivo, Algodón de foie y manzana.
En un rincón, otro de los cocineros estaba elaborando un Macaron de té matcha y anchoa artesana de Toja, rellenando el macaron con una ligera pasta de anchoas. Un aperitivo adictivo.
Menú armonizado con cerveza
Después de degustar los aperitivos, pasamos al interior del comedor, donde nos acomodaron en unas sillas de estilo vintage alrededor de una mesa, presidida por unos candelabros con velas encendidas. Todo estaba preparado al detalle con la intención de llevar a buen puerto esta aventura cervecera, incluso disponíamos de una manta para no enfriarnos durante la velada.
Ricardo Perez, chef del Restaurante Yandiola, ubicado en la Plaza Arriquibar nº 4, dentro del complejo Azkuna Zentroa, nos había preparado una cena con unos platos muy especiales, que íbamos a seguir maridando con cerveza.
Como aperitivo y parte del espectáculo nos sirvieron un Pan oriental sobre el que derramamos agua caliente, para acabar de prepararlo. Lo acompañamos con un Zumo de manzana ácida, que despertaba los sentidos. Luego comenzó el desfile de platos presentados por el actor Sergio Otegui y con las explicaciones sobre el maridaje del sumiller Julio Cerezo.
Comenzamos con un Salmón ahumado de Keia al natural, arenas de aceituna negra, tomate texturizado y corteza ahumada. Un conjunto de sabores que resultó muy apetecible y que resaltaba los toques tostados y el sabor a malta de la cerveza.
Luego probamos las Alcachofas a la brasa y fritas, puré fino de patata asada con su piel y un caldo de cebolla morada de Zalla. Un plato sabroso bien armonizado con el sabor de la cerveza.
Después degustamos unos Hongos cocinados en su jugo sobre Risotto de tomillo y hoja de brotes de albahaca. Un ensamblaje culinario donde la intensidad del arroz con tomillo se complementaba con la melosidad de los hongos, rematado con la frescura de la cerveza.
Continuamos con un Lomo de bacalao al pil-pil, con buñuelos de sus pieles y ranero extra-gelatinoso. Un plato redondo bien complementado con un trago de cerveza con cuerpo.
Cocina de producto
Luego hubo un poco de misterio con el plato En busca de los ingredientes secretos. Era una nueva creación de Ricardo, que a modo de juego, nos pidió que intentásemos adivinar los ingredientes y ponerle un nombre para incorporarlo a la carta de su restaurante. A estas alturas de la noche, lo único que pudimos hacer es degustarlo y aprobar esta nueva delicia del chef. Era una especialidad preparada con helado de estragón, toques de queso zamorano trufado y aceite de oliva virgen extra.
Luego nos deleitamos con el Cochinillo lacado, asado a baja temperatura con grelos, cortezas y jugo de almendras. Un plato sabroso y bien interpretado, donde el lacado del cochinillo despertaba en la boca las maltas caramelizadas de la cerveza.
Después llego el momento dulce con un Cremoso de chocolate sobre unas arenas de cacao y liofilizados cítricos, con un toque de sal de Añana. Espectacular resultado de este postre, donde se combinaba el dulzor y el amargor del chocolate, con el punto salado y la sorpresa cítrica de los peta zetas rebotando en la boca.
Y para finalizar nos refrescamos con la Leche de oveja cuajada con eneldo, Bakiotonic de limón y romero. Un postre muy completo y original donde la cerveza aportaba su frescura con toques tostados.
De esta forma finalizó el viaje de Exploratorium Bilbao y tenemos que decir que nos dejó un buen sabor de boca. Durante esta aventura sorpresa aprendimos a explorar el mundo de los sabores y las texturas y conocimos una nueva forma de armonizar una buena comida.
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