A principios del verano de 2020 abrió sus puertas el Restaurante Kromatiko de Vitoria-Gasteiz, la última sensación de los fogones en la capital alavesa. En su corta vida ha revolucionado la ciudad con su cocina técnica, atrevida y sin fronteras. Su base es el producto de calidad de temporada bien tratado a la brasa. Además ya ha conseguido la distinción de un sol Repsol de esta afamada guía de restaurantes.
Kromatiko de Vitoria-Gasteiz
El Kromatiko de Vitoria-Gasteiz lo han puesto en marcha cuatro jóvenes apasionados de la gastronomía, con diferentes raíces. Aitor Etxenike (bilbaíno) y Javier Vadillo (jerezano) en los fogones y Stephanie Arango (colombiana) y Zuriñe Kim (gasteiztarra de origen coreano) en el servicio de sala. Cada uno aporta sus conocimientos, inquietudes y la influencia de la cocina tradicional de sus orígenes.
Además crean platos y adaptan su carta en función de los productos que les proporcionan sus pequeños proveedores locales. También hay que destacar que la brasa, en forma de kamado, es el pilar de su forma de cocinar.
Con estas credenciales nos acercamos hasta Vitoria-Gasteiz para disfrutar de este proyecto tan apasionado.
Espacio elegante y moderno
El Kromatiko Restaurante ocupaba la planta baja de un edificio de piedra y ladrillo, situado a las espaldas de la Catedral de Santa María.
Cuando entramos nos encontramos con un elegante y moderno local dividido en dos espacios diferenciados. En primer lugar estaba la barra con mesas altas, donde se podía picar y tomar algo. Detrás de la barra destacaba un llamativo letrero con el nombre del local.
El comedor contaba con varias ventanas que aportaban luz natural y estaba separado por una pared de cristales enmarcados en negro, que le daba un toque zen.
Nos sentamos a la mesa en unas cómodas butacas envueltos en un ambiente muy acogedor, donde no faltaba ningún detalle.
Productos km 0
En primer lugar pedimos una copa de vino tinto crianza Luis Cañas (1,70€) de la DOca Rioja. Además vino acompañada de un aperitivo en forma de Txixtorra de Kanpezu a la brasa sobre pimientos morrones asados.
También pedimos una Cesta de pan (3€) con 4 panecillos de Artepan elaborados con masa madre.
Mientras repasábamos la carta nos sirvieron un poco del AOVE solidario Haurrari, elaborado con aceitunas tempranas de la variedad arroniz, en el trujal Erroiz de Lantziego.
Platos atrevidos con sabor
Comenzamos degustando unos deliciosos Mejillones picantes al estilo Thai (15€), uno de los platos con más éxito.
Continuamos con las Alcachofas fritas (16€) un producto de temporada prepardo de una foma muy original. Concretamente eran unos corazones de alcachofa Victofer fritos, acompañados de una parmentier trufada, una yemita eco Oilobide y una cecina gran reserva Nieto.
Luego nos sumergimos en las aguas de Cádiz para probar una Parpatana de atún rojo salvaje de Almadraba a la brasa (20,50€), con tomate de Barrika y albahaca.
También probamos el Magret de canettte (19,50€) una delicada carne de pato a la brasa con pistacho verde y moras de Zarautz.
Postre original
Cuando llegó el momento dulce decidimos seguir disfrutando de la creatividad de estos cocineros y nos decantamos por el Goxua tropical (4€), con un sabor espectacular. Una interpretación libre del tradicional goxua, elaborado con coco, crema de frutas tropicales, crumble de canela y miel de ron. Espectacular.
Como estábamos muy a gusto tomamos un café cortado (2,10€) con unos Petit Fours para finalizar grato momento gastronómico en el Kromatiko Restaurante de Vitoria-Gasteiz.
Además al pedir la cuenta nos llegó escondida en una original caja de música en forma de caja registradora de los años 20.
Creemos que esta nueva propuesta del Kromatiko Restaurante, atrevida pero respetando el producto, dará mucho que hablar y nos hará disfrutar a los amantes de la gastronomía.
Dirección: Avenida Beato Tomás de Zumárraga, n°2, Vitoria-Gasteiz
Cerrado lunes y martes