En nuestra última visita al Algarve paseamos desde Lagos por las pasarelas de madera de la espectacular ruta de Ponta da Piedade y nos montamos en una de las barcas para navegar entre las cuevas y los acantilados de este rincón de la costa del Algarve. Por su belleza la hemos incluido en nuestra selección de 10 rutas de senderismo en el Algarve, una buena forma de disfrutar caminando por sus acantilados y descubriendo pequeñas calas y playas escondidas.
Además durante el recorrido pasamos por el Restaurante Camilo de Lagos, donde tuvimos la ocasión de probar los pescados y el marisco de esta parte del Algarve.
Ruta Ponta da Piedade desde Lagos
En nuestro caso hicimos la Ruta Ponta da Piedade desde Lagos (unos 6 km /ida y vuelta) visitando esta preciosa ciudad amurallada.
El paseo discurría por unas pasarelas de madera con varios miradores asomados a la costa del Algarve y finalizaba en el Faro de Ponta da Piedade, un rincón natural de gran atractivo paisajista, donde existía la posibilidad de bajar por unas escaleras hasta un pequeño muelle natural y realizar una excursión en barca (50€/una hora).
Además, si se prefería, se podía llegar en coche hasta el aparcamiento de tierra situado cerca del faro y hacer la ruta Ponta da Piedade hasta Lagos o realizar un paseo en barco desde Lagos hasta las Cuevas de Ponta da Piedade.
Visita a Lagos
La bella ciudad de Lagos contaba con una extensa playa, Meia Praia, situada al otro lado de la Ribera de Bensafrim. En esta ría estaba situado el puerto de Lagos, cuyas aguas encauzadas atravesaban la ciudad desembocando en el Océano Atlántico.
En primer lugar paseamos por las calles de Lagos contemplando las bellas fachadas de sus edificios.
También recorrimos su casco histórico que disponía de varias plazas, como la Plaza de Luis de Camões y multitud de tiendas y restaurantes.
Tambien nos acercamos ala plaza donde se encontraba la Iglesia de San Antonio (s. XVIII) de estilo barroco.
Fortaleza y Castillo
Después continuamos por la Avenida dos Descobrimentos, junto a la ría. Muy pronto pasamos frente al Arco o Porta de São Gonçalo que daba acceso al interior de la muralla, donde se encontraba el Castelo dos Gobernadores.
Luego llegamos hasta la Fortaleza o Forte Ponta da Bandeira, que disponía de un pequeño puente levadizo y se podía visitar.
Además estaba ubicada frente al océano, que de vez en cuando azotaba sus muros de piedra.
Praia Batata
En este punto entramos en Praia Batata, un arenal situado junto a la desembocadura de la ría de Lagos, separada por un espigón. Era una playa urbana, muy frecuentada por los lacobrigenses.
Luego cruzamos la playa y subimos por una escalinata entre rocas hasta un mirador, desde donde se obtenían unas bellas instantáneas del arenal.
Praia dos Estudantes
Continuamos por la acera y encontramos una bar con terraza junto a la escalera que bajaba a Praia dos Estudantes, una pequeña cala resguardada entre dos salientes de roca y tierra, con la silueta al fondo del Ponte do Antigo.
Pasarelas a Praia do Pinhão
Después de pasear por la playa volvimos a subir a la terraza del bar y continuamos ascendiendo por la acera hasta que llegamos a la altura del Parque de Bomberos, donde seguimos a la izquierda por un camino asfaltado hacia Praia do Pinhão.
Enseguida llegamos a una casa, donde se cortaba el camino y subimos a la derecha por unas escaleras de madera.
Aquí comenzaba el tramo de las pasarelas de madera que llegaban hasta Praia Dona Ana, indicado con unas líneas azul y verde.
Durante el trayecto de pasarelas había varios miradores, uno asomado a las escaleras que bajaban a Praia do Pinhão.
Praia do Pinhão era una pequeña cala rodeada de acantilados, a la que se accedía por una escalera empinada.
Pasarelas a Praia Dona Ana
Continuamos nuestro recorrido por las pasarelas de madera y fuimos bordeando la costa en dirección a Praia Dona Ana, protegida por un acantilado de tierra.
En el inicio de Praia Dona Ana finalizaba este tramo de pasarelas de madera y bordeamos esta playa por un sendero de tierra y cemento a la sombra de los apartamentos turísticos.
En verano, esta playa era una de las mas visitadas por su belleza, rodeada de acantilados y salpicada de curiosas formaciones rocosas sobre la arena y en el agua.
Siguiendo las indicaciones llegamos al aparcamiento de esta playa y echamos el último vistazo a Praia Dona Ana.
Subimos por la parte izquierda del aparcamiento y a unos metros apareció una escalera de madera que subía hasta otro tramo de pasarelas de madera en dirección a Praia do Camilo.
Praia do Camilo
Durante el trayecto contemplábamos caprichosas formaciones rocosas que emergían del Atlántico.
Continuamos por este nuevo tramo de rampas de madera que unían Praia Dona Ana y Praia do Camilo y nos acercamos hasta uno de los numerosos miradores.
Luego llegamos hasta el aparcamiento de Praia do Camilo, a la que se accedía bajando por una escalera de mas de 200 peldaños.
Esta playa de arena fina se encontraba resguardada por los acantilados y estaba rodeada de unas formaciones rocosas muy curiosas.
Además una enorme roca partía Praia do Camilo en dos playas comunicadas por un túnel excavado en la misma roca.
Después de bañarnos en sus cristalinas aguas y disfrutar de la belleza de esta playa, volvimos a subir las escaleras de madera.
Restaurante Camilo
Junto al parking de esta playa se encontraba el Restaurante Camilo, especializado en pescados y mariscos de la zona. Decidimos hacer una parada gastronómica en este coqueto establecimiento.
Después de sentarnos en una mesa de la terraza con vistas al mar probamos unas Ostras al natural de la Ría de Alvor y unas Ameijoas o Almejas de Alvor en salsa.
Luego degustamos una Lubina o Robalo bien preparada y con un sabor extraordinario.
También saboreamos una Tarta de Algarroba o Bolo de Alfarroba (4€) y una Tarta de Almendra o Torta de Amendoa (4,50€).
Camino hacia Ponta da Piedade
Después de esta extraordinaria experiencia gastronómica en el Restaurante Camilo continuamos nuestra ruta por la costa del Algarve y nos acercamos a uno de los miradores de Praia do Camilo.
Después caminamos por el borde del acantilado hasta llegar a una pequeña meseta que se adentraba en el océano. Desde allí nos asomamos a la costa de Lagos, decorada con formaciones rocosas que sobresalían del agua.
Praia dos Pinheiros
Mas adelante apareció bajo nuestros pies Praia dos Pinheiros, un arenal muy tranquilo escondido entre las rocas.
Según íbamos bordeando la playa por la pista de madera, desde arriba descubríamos nuevas imágenes de la costa, todas ellas de gran belleza.
Praia da Balanca
Continuamos por el camino sin apartar la vista del océano que nos seguía regalando bonitas imágenes.
Más adelante nos asomamos a otro mirador para admirar Praia Balanca, otra playa de gran belleza natural resguardada entre los acantilados de colores.
Durante el recorrido nos íbamos desviando hacia otros miradores de madera ubicados en el borde de la pared vertical de roca y tierra.
Faro de Ponta da Piedade
Luego, siguiendo el camino de madera que se iba adaptando a la caprichosa orografía del terreno, descubrimos la Cala de Ponta da Piedade.
Finalmente llegamos hasta un bar con terraza situado junto al Faro de Ponta da Piedade.
Ponta da Piedade
Junto al faro salía un camino de madera que se dirigía al último mirador de esta ruta.
que se asomaba a la ensenada de acantilados, donde destacaban las empinadas escaleras que bajaban hasta el pequeño muelle pegado a la orilla.
Después de admirar este precioso paisaje de Ponta da Piedade volvimos a la senda de madera para tomar la rampa que nos llevó a esas escaleras que descendían hacia el Atlántico.
Paseo en barca
Las escaleras finalizaban junto a un puerto improvisado, donde varios botes realizaban recorridos para ver las cuevas y los acantilados desde el océano.
Aprovechamos la ocasión para realizar un paseo de una hora en bote (50€) y contemplar desde el agua las caprichosas formaciones rocosas que rodeaban la costa y completaban un paisaje muy especial. Hay que recordar que también se puede realizar un paseo en barco con un guía desde Lagos hasta las Cuevas de Ponta da Piedade.
Durante el recorrido disfrutamos de unas vistas privilegiadas de esta parte de la costa del Algarve, navegando entre arcos de roca y entrando en varias cuevas.
Después de ver esta maravilla de la naturaleza por tierra y mar, ascendimos por la escalera sin dejar de plasmar las imágenes tan plásticas de los acantilados rocosos creados por los efectos de la erosión.
Finalmente volvimos por el mismo camino a la ciudad de Lagos volviendo a disfrutar de esta interesante ruta Ponta da Piedade en el Algarve desde Lagos. Además, si se deseaba, se podía llegar en coche hasta este bellísimo rincón de la costa, aparcar cerca del faro y hacer la ruta hasta Lagos.
