El cocinero vasco Eneko Atxa, después de alcanzar la cima de la alta gastronomía mundial con su Restaurante Azurmendi, que visitamos en otra ocasión, continúa evolucionando y se ha embarcado en el proyecto de sus restaurantes con la marca Eneko. Un modelo de restaurante basados en los pilares de su cocina: sabor, técnica y tradición. El Restaurante Eneko de Larrabetzu es la base de esta nueva propuesta del cocinero vasco. Actualmente cuenta con otros tres establecimiento repartidos por el mundo, Eneko at Aldwych en Londres, Eneko Tokyo y Eneko Lisboa. También ha abierto una nueva línea de restaurantes bajo el nombre Basque, con tres establecimientos en Sevilla, Bruselas y Lisboa. Y recientemente ha desembarcado en el Radisson Hotel de la Gran Vía de Bilbao con su nuevo Restaurante NKO, donde aúna la cocina vasca y japonesa.
Inauguración del Restaurante Eneko de Larrabetzu
En junio de 2017 tuvimos la oportunidad de asistir a la inauguración del Restaurante Eneko de Larrabetzu, ubicado en el mismo espacio donde en 2005 nació el proyecto Azurmendi, antes de mudarse a lo alto de la colina, a pocos metros de distancia.
En el restaurante nos recibió Eneko Atxa, al que se le notaba ilusionado con su nuevo proyecto, basado en la vuelta al origen de su cocina, enraizada en los productos locales de calidad. Nos invitó a brindar con una copa de Txakoli Gorka Izagirre, cuya bodega formaba parte del Complejo Azurmendi.
Show Cooking de verdad
Pasamos al comedor presidido por una moderna cocina a la vista, donde los cocineros elaboraban los platos frente a los comensales. Además contaba con una barra auxiliar para preparar y emplatar sus creaciones.
Destacaban los enormes ventanales que dejaban entrar la luz natural y la iluminación se complementaba con la luz cálida de unas sencillas lamparas vintage.
El mobiliario se completaba con unas mesas de madera clara sin manteles y unas sillas con toques rojizos, creando un ambiente más desenfadado y casual.
Platos imaginativos y servicio impecable
Probamos el Menú Sutan que se serviría en su restaurante, compuesto por 9 platos elaborados con productos del entorno, utilizando técnicas de alta cocina y con el toque personal de Eneko Atxa.
Una selección de exquisiteces que maridamos con el Txakoli G22, el vino blanco dulce Arima de la Bodega Gorka Izagirre y el vino tinto crianza Baigorri.
Una velada muy interesante, que nos dejo un buen sabor de boca y durante la cual pudimos hablar con Eneko relajadamente.
Eneko de Larrabetzu
Posteriormente, en otra ocasión, volvimos a disfrutar de los platos de Eneko Atxa en su Restaurante Eneko de Larrabetzu, con los que ha conseguido una estrella michelin y un sol repsol.
Cuando llegamos al Complejo Azurmendi, ubicado en el Barrio Legina s/n de Larrabetzu aparcamos frente al Restaurante Eneko de Larrabetzu, situado bajo la sombra del Restaurante Azurmendi con tres estrellas michelin y tres soles repsol.
Después entramos en el comedor y nos instalamos en una mesa de madera junto a una pared blanca decorada con fotografías antiguas y escenas de cocina.
Menú Sutan
Nos preparamos para volver a degustar el Menú Sutan (60,50€/persona) que actualmente cuesta 77€ por persona. Para maridar esta cena optamos por el Txakoli G22 (20€), un gran vino blanco elaborado con las uvas autóctonas Hondarribi Zerratia, con una crianza en lías, que le aportaba unos toques frutales sin perder su punto seco.
Con la bebida llegó a la mesa un Pan de cristal acompañado de una Mantequilla de cebollino con sal del Himalaya , que te animaba a untarla sin parar.
Aperitivos sorprendentes
Unos jóvenes y atentos camareros comenzaron a traer uno a uno los nueve platos que componían el menú. En primer lugar probamos unas Aceitunas y vermut de Zerratia, un homenaje al mundo del olivo, presentando la aceituna como un bombón helado exquisito con la tierra y unas ramas comestibles. El toque final lo ponía el suave vermut elaborado con uvas hondarribi zerratia.
Después degustamos el Gatzatua de foie y vino tinto, una cremosa delicia de foie con textura de cuajada, rematada con una reducción de uva tinta de última vendimia, que conjugaba perfectamente.
Continuamos con el Centollo con tomate y manzana ligeramente picante, un plato delicado con el centollo cocinado al natural, una gelatina con trozos de tomate y una ligera espuma de manzana con un toque de chipotle.
Alta cocina con productos locales
El desfile de platos continuó con el Rabo de vaca Betizu envuelto en pan crujiente y caldo de legumbres. Unos sorprendentes raviolis de pan crujiente en forma de dados rellenos de carne con un su sabor contundente y adictivo, que te obligaba a recrearte con la salsa.
Después llegó una de las creaciones mas sorprendentes de Eneko, el Huevo de caserío sobre estofado de trigo y jugo de pimientos a la brasa. El plato parecía un cuadro donde la yema cocinada a baja temperatura descansaba sobre un falso risotto, en forma de guiso espectacular de trigo con emulsión de setas y jugo de pimientos a la brasa. Además venía adornado con unas finas tostas de pan de maíz de Mungia. A la plasticidad de esta creación gastronómica se unía, al mezclar sus ingredientes, el sabor intenso que le convertían en uno de los platos preferidos de los comensales.
Pescados y carnes en su punto
También probamos la Merluza al carbón con emulsión de salazones y pochas en salsa verde. El pescado estaba en su punto y con un sabor increíble, bien acompañado por una fina crema de anchoas, unos chips de ajo y unas pochas en salsa verde como guarnición.
Cuando llego el momento degustamos el Secreto Ibérico “Joselito” al sarmiento, crujiente y su jugo, elaborado con una carne delicada de esa parte del cerdo con el toque de la brasa.
Además había la opción de pedir el Carré de cordero asado para dos personas ( suplemento 7€/ persona). Una delicia consistente en tres costillas de cordero asadas en una pieza y bañadas por una salsa increíble que redondeaba esta especialidad tan suculenta. Mereció la pena probarlo.
Postres impactantes
Cuando llegamos al postre degustamos unas Fresas y yogur, una base de compota de fresa y bizcocho coronada por un delicioso helado de yogur. Además se presentaba envuelto en una niebla con la ayuda del hielo seco, que creaba una atmósfera visual y olfativa.
La velada finalizó con unos Petit Four, en forma de bizcocho de praline y avellana, un delicioso macaron y una original leche de almendras . Un trío de dulces exquisitos.
En el Restaurante Eneko de Larrabetzu disfrutamos de una propuesta gastronómica muy equilibrada basada en la cocina creativa con raíces de Eneko Atxa.
Barrio Legina s/n, Larrabetzu, Bizkaia
Salida número 25 en la N-637, dirección Aeropuerto de Loiu
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