Este verano pasamos varios días en el norte de Cáceres, con la intención de recorrer sus paisajes y disfrutar de su gastronomía. Una de las jornadas la dedicamos a recorrer 3 rutas por Las Hurdes, durante las cuales descubrimos algunas de sus maravillas naturales.
3 Rutas por las Hurdes
Comenzamos esta excursión por las 3 rutas por Las Hurdes en la localidad de Ovejuela, donde se ubicaba la Cascada del Chorrituelo. Posteriormente nos desplazamos hasta El Gasco y ascendimos hasta el Chorro de la Meancera. Y por último visitamos el espectacular Meandro del Melero. Concretando, tres maravillas de la naturaleza de esta comarca del norte de Cáceres.
Cascada del Chorrituelo en Ovejuela
Primeramente nos acercamos hasta la pedanía de Ovejuela, perteneciente al término municipal de Pinofranqueado. Desde allí recorrimos en hora y media los 3,6 km (ida y vuelta) de la Ruta del Chorrituelo.
En primer lugar dejamos el coche a la entrada del pueblo. Luego fuimos hasta la plaza del pueblo acompañados por un pastor y su rebaño de cabras.
Desde aquí comenzamos a subir por las estrechas calles de Ovejuela hasta llegar a la Iglesia de Nuestra Señora de los Angeles.
En este punto, tomamos por un sendero flanqueado por los muros de piedra de las huertas y las fincas de olivos y alcornoques.
Piscina natural en Ovejuela
Después llegamos hasta un riachuelo, donde se había construido una piscina natural aprovechando el curso del río. Una práctica muy común en esta comarca cacereña durante la época del verano.
Sendero junto al río
Posteriormente atravesamos un puente y subimos por un camino de losetas de piedra con un ligero desnivel que nos adentraba en el valle. El sendero subía y bajaba junto al río, el cual cruzamos en varias ocasiones por varios puentes de madera.
Continuamos subiendo y llegamos hasta un poblado abandonado de casas construidas con piedras negras. Desde allí se contemplaba una bella panorámica del camino recorrido.
Un poco mas adelante, en lo alto de la loma, había un mirador orientado al meandro del río.
Continuamos por un camino llano de tierra y piedras serpenteando la ladera del monte, ocupada por fincas dispuestas en bancales.
Cascada del Chorrituelo
Hay que destacar que era la parte más cómoda del recorrido. Continuamos siguiendo el rastro del río y nos adentramos en una vaguada que finalizaba en la impresionante Cascada del Chorrituelo. Finalmente disfrutamos de la panorámica de esta cortina de agua que caía desde 70 metros de altura resbalando entre las rocas y la vegetación.
Las aguas de este salto de agua se recogían en el Charco de la Tinaja, una piscina natural, donde era posible darse un baño sin peligro.
Unas tapas en Ovejuela
Después del refrescante premio, volvimos por el mismo camino hasta llegar de nuevo a Ovejuela. Allí hicimos una parada en el Mesón Joselo, ubicado en una casa de piedra del siglo XIV en la Calle Poblado de Ovejuela 121.
Nos sentamos en la terraza y tomamos varios botellines de cerveza de 20 cl (1,10€ cada uno). Además nos sirvieron una tapa de chorizo y de panceta a la brasa deliciosas.
Durante nuestra primera ruta por Las Hurdes también descubrimos algunos aspectos de la gastronomía hurdana.
Chorro de la Meancera en El Gasco
Continuando con las 3 rutas por Las Hurdes, recorrimos en coche los 49 kms desde Ovejuela a El Gasco. Esta enclave era una alquería perteneciente al municipio cacereño de Nuñomoral. Dejamos aparcado el coche a la entrada de esta pedanía, la cual se encontraba situada en lo alto de una ladera, asomada al río. Después bajamos por sus calles peatonales flanqueados por las edificaciones típicas de Las Hurdes, hasta el cauce el río. Allí comenzamos la Ruta del Chorro de la Meancera. Concretamente era un recorrido de unos 4 kilómetros (ida y vuelta/2 horas) que finalizaba en un salto de agua de 100 metros.
Menú del día en el Mesón Bodegón
En primer lugar, como era la hora de comer, entramos en el Mesón Bodegón de El Gasco y nos acomodamos en la barra, donde pedimos una caña de cerveza (1€) acompañada de una tapa de cabrito guisado, una de las especialidades del local. Muy rico.
Luego subimos al comedor para probar el menú del día (12€/persona), con varios platos de comida casera para elegir. La comida estaba buena y las raciones eran generosas. Primero probamos unas Judias verdes salteadas y un Gazpacho.
De segundo, pedimos un plato de Costilla a la brasa y unas Brochetas de pollo
Finalizamos esta pantagruélica comida con un Helado de nata y chocolate y un café cortado.
Ruta del Chorro de la Meancera
Después comenzamos a andar en dirección al cauce del río Malvedillo, donde había una piscina natural de El Gasco abarrotada de gente.
Continuamos por un camino de piedra muy bien acondicionado y nos internamos en el desfiladero por el que discurría el río, en cuyas orillas la gente de esta comarca de Las Hurdes había construido bancales para cultivar sus huertos, pegados a la ladera.
Estas huertas convivían con un paisaje agreste formado por paredes con muchas piedras sueltas tapizadas por los árboles.
Pasarelas junto al río
En un momento de la marcha abandonamos el curso del río y comenzamos a ascender pegados al lecho rocoso del arroyo de la Meancera.
En algunos tramos, transitamos por unas pasarelas de madera asidas a las paredes de piedra y colgadas sobre el propio arroyo, que bajaba bastante seco.
En la última parte del recorrido la ascensión era pronunciada y el camino se estrechaba entre los arboles y las piedras.
Llegamos al final del trayecto y presenciamos la cola de agua que caía desde una altura de 100 metros, resbalando por la pared rocosa y componiendo una imagen espectacular, a pesar de la escasez de agua.
Desfiladero rocoso
Como estábamos solos, pudimos disfrutar de este paisaje natural y refrescarnos en una pequeña poza salpicados por el agua que caía desde la roca. Esta ruta resultó muy interesante tanto por la belleza del paisaje por el que transcurre, como por el espectacular salto de agua del Chorro de la Meancera.
Meandro del Melero
Finalizamos las 3 rutas por Las Hurdes en el Meandro del Melero, que se encontraba a unos 28 kilómetros, que recorrimos desde El Gasco a Riomalo de Abajo. Esta localidad extremeña bañada por el río Ladrillar, se encontraba en la frontera entre Cáceres y Salamanca. En sus aguas se ubicaba una piscina natural rodeada de pinos y frecuentada por los lugareños y turistas para refrescarse.
Desde Riomalo de Abajo, pasando la zona de baño, tomamos por la carretera que discurría junto a la orilla derecha del río en dirección al Mirador de la Antígua para contemplar el Meandro del Melero, una pequeña península natural situada en tierras salmantinas, rodeada por las aguas del río Alagón, que hacían de frontera con Cáceres.
Pista de tierra
La carretera llegaba hasta una pista forestal denominada la Senda de la Verea de los Pescadores. Aunque se podía seguir con el coche, optamos por hacer caminando los 2,5 kilometros que nos separaban del mirador. Así completábamos este recorrido caminando por 3 rutas por Las Hurdes
La pista ascendía ligeramente entre pinares y durante el recorrido se podía apreciar el curso del río Alagón, que aparecía entre los bosques bajo la sombra de los montes.
Una maravilla de la naturaleza
Desde el camino, antes de llegar al mirador, nos deleitamos con la panorámica del meandro entre sol y sombra, partido por la luz del atardecer.
En el Mirador de la Antigua se apreciaba perfectamente el Meandro del Melero rodeado por el escaso caudal del río que lo bañaba. Un momento mágico adornado por la luz caprichosa del atardecer que participaba en la bella panorámica.
Como conclusión podemos decir que durante estas 3 rutas por Las Hurdes hemos disfrutado del paisaje y de la gastronomía del norte de Cáceres. Seguro que volveremos para seguir descubriendo más paisajes hurdanos.