Durante nuestra estancia en la Sierra de Cazorla nos dirigimos a la localidad jienense de Pozo Alcón, para realizar la ruta de las Cascadas del Guazalamanco y la del Bosque de las Higueras. Además nos asomamos al Pantano de la Bolera desde el espectacular Mirador de Peña Quesada.

Cascadas del Guazalamanco y Bosque de las Higueras
En primer lugar nos dirigimos en coche desde la bella localidad de Cazorla hacia Pozo Alcón, situado a unos 50 kilómetros. Este pueblo jienense está situado en la parte más meridional del Parque Natural Sierras de Cazorla, Segura y las Villas.
En sus alrededores realizaremos las sencillas y muy atractivas rutas de las Cascadas del Guazalamanco (3 km) y del Bosque Encantado de Las Higueras. Además nos acercaremos hasta el Mirador de Peña Quesada.

Ruta de las Cascadas del Guazalamanco
Comenzaremos la jornada realizando la sencilla y atractiva ruta de las Cascadas del Guazalamanco de unos 3 kilómetros (ida y vuelta), en una hora aproximadamente.
Para ello salimos en coche desde Pozo Alcón por la carretera A-326 en dirección al Pantano de la Bolera y después de pasar junto al Camping Municipal continuamos hasta un desvío a la izquierda, entrando por una pista ancha, siguiendo las indicaciones de “El Hornico“. Circulamos por una pista irregular de tierra durante unos 7 kilómetros dejando atrás el Aula de la Naturaleza y Albergue de “El Hornico”. Finalmente llegamos a un pequeño aparcamiento de tierra, situado al inicio de la Ruta de las Cascadas del Guazalamanco.

Mirador del Guazalamanco
En este punto tomamos por el sendero ascendente de la izquierda en dirección a las Cascadas del Guazalamanco. Enseguida llegamos arriba donde encontramos el Mirador del Guazalamanco junto a un saliente rocoso.

Desde aquí se apreciaba a la izquierda la garganta excavada por el arroyo Guazalamanco que bajaba de la Sierra del Pozo en dirección a su desembocadura en el arroyo Guadalentín, en la cola del embalse de la Bolera, que veremos a la derecha.


Después continuamos por un amplio sendero que descendía hacia el cauce del arroyo, internándonos en el barranco y escuchando el sonido de una cascada semiescondida entre los pinos.

Arroyo Guazalamanco
Enseguida apareció el arroyo Guazalamanco que nos acompañaría a lo largo de casi todo el recorrido, formando rápidos y pozas de agua cristalina.

En este sencillo paseo apto para todos los públicos contemplamos como las aguas caprichosas del arroyo creaban pequeñas cascadas.

Además en algunos tramos caminamos junto a la orilla sintiendo el frescor de sus limpias aguas, rodeados de pinos.

Y disfrutábamos de cerca de los saltos de agua que jalonaban el curso de este arroyo encajonado entre las laderas del barranco.

Cascadas del Guazalamanco
Pronto apareció un cartel que indicaba el fin del sendero, pero había que continuar unos metros para llegar hasta las cascadas más altas del recorrido.

A pocos metros encontramos a la derecha un espectacular salto de agua escondido entre la vegetación, que se deslizaba por unas grandes rocas tapizadas de verde.

Nos acercamos hasta esta cascada para sentir un poco de vértigo mientras disfrutábamos de su belleza.

Pero todavía nos quedaba por ver la cascada que se descolgaba por un dique artificial formando unas columnas verticales de agua.

Vadeamos el arroyo con la ayuda de varias piedras y nos acercamos un poco más para inmortalizar esta Cascada del Guazalamanco.

Luego regresamos por el mismo camino y volvimos a disfrutar de este paisaje natural entre pinos, agua, paredes de roca caliza y alguna que otra cabra montesa.

Mientras bajábamos hacia el aparcamiento de tierra, para finalizar esta sencilla ruta de las Cascadas del Guazalamanco, apareció al fondo la imagen del Pantano de la Bolera.

Por casualidad en el parking hablamos con una familia de Pozo Alcón que nos comentaron que se dirigían al Mirador de Peña Quesada para contemplar la panorámica del Pantano de La Bolera y les seguimos en coche.
Mirador de Peña Quesada
Desde el aparcamiento de la ruta de las Cascadas del Guazalamanco volvimos por la pista de tierra hasta la carretera A-326 y tomamos a la izquierda en dirección a Castril. Después de pasar el pantano continuamos hasta encontrar un desvío señalizado a la izquierda.

Entramos por una pista y a unos 500 metros aparcamos el coche junto a una antigua caseta de los guardias forestales.

Luego caminamos unos metros y subimos al Mirador de Peña Quesada, donde disfrutamos de unas vistas privilegiadas de las aguas del pantano de la Bolera rodeado del verdor de la Sierra del Pozo, la Sierra de la Cabrilla y del resto de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas.
Además en este paraje natural se solía celebrar en julio una de las actuaciones del Festival del Agua, que reunía a una gran cantidad de gente.

De esta forma pudimos volver a ver desde la otra orilla el entorno de la Sierra del Pozo por donde habíamos paseado realizando la Ruta de las Cascadas de Guazalamanco.

Bosque Encantado de Las Higueras
Como íbamos bien de tiempo nos dirigimos hacia Pozo Alcón, situado a unos 10 kilómetros, para realizar la singular ruta circular del Bosque Encantado de las Higueras (1km). Un paseo muy fácil y atractivo rodeados de pequeñas cascadas y pozas de agua creadas por el arroyo Peralta que bajaba por una pendiente rocosa para desembocar en el río Guadalentín. Durante el trayecto atravesamos varios puentes y pasarelas de madera y llegamos hasta una cueva natural creada por las ramas entrelazadas de un grupo de higueras, que escondía una preciosa cascada.
Antes de llegar al pueblo nos desviamos a la izquierda para seguir por una pista cementada que atravesaba fincas agrícolas y luego descendía bruscamente hasta el cauce del río Guadalentín. Pegado a la carretera encontramos un pequeño aparcamiento junto a una casa y un panel que indicaba que nos encontrábamos en el Coto intensivo de pesca Peralta.

Bajamos andando por una pequeña cuesta que nos llevó hasta la orilla del río. Allí encontramos las indicaciones para iniciar a la izquierda la ruta circular del Bosque Encantado de las Higueras (1km).

Continuamos junto a las aguas cristalinas del río disfrutando de este entorno tan refrescante.

Enseguida llegamos a un puente de madera que cruzamos para seguir nuestro paseo rodeados de agua por todas partes.

Después pasamos por otro puente de madera y nos asomamos a varias pozas de aguas transparentes.

Cuando nos acercamos a la ladera del monte contemplamos como aparecían una gran cantidad de higueras bañadas por las aguas del arroyo, que se deslizaban sin orden creando pequeños saltos de agua a su paso, que vadeamos por pequeños puentes y pasarelas de madera.
Cueva natural de las higueras
El camino nos llevó hasta unas escaleras que nos metían en un túnel natural creado por las ramas entrelazadas de numerosas higueras.

Parecía que nos encontrábamos en el escenario de un cuento de hadas y que en cualquier momento iba a aparecer un duende entre los árboles.

Dentro de esta cueva natural caminamos hasta un pequeño muro de piedra para asomarnos a una pared verdosa por donde bajaba una cascada de agua.

Como no había demasiada agua nos acercamos a la base de esta pared vertical.

De esta forma llegamos hasta una caverna natural construida a lo largo del tiempo por la toba del agua, las raíces y la ramas de las higueras.
Realmente era un rincón mágico creado por los caprichos de la naturaleza.

Después continuamos el recorrido por unas pasarelas de madera para sortear el agua del arroyo y volver por la otra orilla para completar esta ruta circular, pasando por el Área recreativa de Peralta, con mesas y bancos.

Cuando llegamos hasta el edificio de la antigua piscifactoría cruzamos por el puente sobre el río Guadalentín, que nos dejó de nuevo en el inicio de la ruta.

La Ruta circular del Bosque Encantado de las Higueras es un recorrido sencillo de un poco más de un kilómetro con un entorno natural de cuento. Además se puede alargar saliendo desde el mismo pueblo de Pozo Alcón.
Bar La Unión “El Músico” de Pozo Alcón
Después de realizar estas rutas tan interesantes nos dirigimos a la localidad de Pozo Alcón para comer en el Bar La Unión “El Músico”, situado en la Avenida Nuestra Señora de los Dolores 67. Nos sentamos en su terraza exterior y pedimos una caña de cerveza (1,50€) con su tapa de brocheta de pollo, escuchando música pop-rock española de la década de los 80.


Después de repasar la carta picamos un plato de Tomate aliñado con anchoas en aceite (6,50€) y unos Boquerones fritos (9€).


También nos decantamos por una ración de Lomo de Orza (10€) con almendras.

Fue una buena forma de reponer fuerzas y rematar esta interesante jornada paseando por los paisajes de Pozo Alcón. Además en el camino de regreso a Cazorla paramos a visitar la espectacular Cueva del Agua de Tíscar.
