Durante una de nuestras visitas a la comarca de la Montaña Alavesa realizamos la Ruta de la Cascada de Aguake desde Antoñana.
Un cómodo recorrido circular de unos 4 kilómetros (1 hora) que nos llevó hasta la cascada de Aguake o Aguaqué del río Sabando, escondida en un precioso hayedo. Además disfrutamos de la gastronomía local con sello propio en el Restaurante Arrea! de Kanpezu.
Ruta de la Cascada de Aguake desde Antoñana
En primer lugar nos acercamos desde Vitoria-Gasteiz por la carretera A- 132 hasta la bella localidad amurallada de Antoñana. Después de recorrer unos 34 kilómetros dejamos el coche en un aparcamiento habilitado a la entrada del pueblo. Desde allí comenzamos esta Ruta circular de la Cascada de Aguake o Aguaqué (4 kilómetros /1 hora) atravesando las calles de Antoñana.
Cuando llegamos a la Iglesia de San Vicente (siglo XVIII) continuamos hasta un cruce, donde aparecía indicada la Cascada de Aguake o Aguaqué.
Aunque se podía ir por los dos caminos, nosotros seguimos de frente por la carretera. Después, antes de abandonar el pueblo, tomamos un desvío a la derecha por un camino de tierra en dirección Molino de Oteo.
Pista y camino desde Antoñana
Poco a poco nos alejamos del pueblo y entramos en una pista ancha. Después de cruzar un pequeño puente sobre el río Sabando proseguimos por la izquierda sin dejar la pista ancha de tierra.
El camino comenzaba a empinarse y enseguida apareció a la izquierda un cartel en un árbol que nos desvió por un sendero entre árboles hacia la Cascada de Aguake.
Hayedo
Seguimos caminando por un sendero arbolado y evitamos el primer desvío a la izquierda que iba a una finca particular.
Poco a poco nos fuimos internando en el bosque y comenzamos a escuchar el sonido de las aguas del río Sabando.
Luego encontramos un sendero a la izquierda que descendía bruscamente hacia el fondo del barranco.
Allí nos esperaba el cauce del río Sabando escondido en un precioso hayedo.
Cauce del río Sabando
Fuimos subiendo junto al cauce caprichoso del río que formaba pequeños saltos de agua y vistosas pozas de aguas transparentes.
Parecía que estábamos en un bosque de cuento rodeados de hayas con sus troncos tapizados de verde, caminando por un pequeño sendero junto al río.
Continuamos disfrutando del paisaje de ribera escuchando cada vez con más fuerza el sonido de la Cascada de Aguake.
Cascada de Aguake o Aguaqué
Finalmente por este sendero llegamos a la base de la cascada, que se precipitaba sobre una poza de aguas verdes.
La Cascada de Aguake estaba situada al final del barranco y brotaba de la pared de roca, que dejaba pasar el vistoso chorro vertical de agua.
Además se podía bajar hasta la orilla y disfrutar de la belleza y del sonido de este salto de agua sintiendo el frescor de sus aguas.
Vadear el río
También destacaban los árboles colgados de las paredes verticales de roca que contribuían a crear una imagen muy plástica en este rincón natural.
Después de contemplar la Cascada de Aguake se podía volver por el mismo camino. Pero nosotros cruzamos el río por unas piedras para volver por la otra orilla y completar la ruta circular hasta Antoñana.
Camino de la acequia
Desde aquí pudimos ver desde otro ángulo este precioso entorno natural. Además comprobamos que de un lateral de la roca partía una acequia que tomaba el agua de la cascada para llevarla hasta las tierras de labranza de Antoñana. También nos encontramos con dos escaladores que se descolgaban de la pared de roca.
Para regresar a Antoñana tomamos el estrecho sendero junto a la acequia que llevaba agua, disfrutando de las vistas del río Sabando y del hayedo, desde arriba.
Más adelante la acequia se encontraba soterrada y se podía enlazar con una pista más ancha que se dirigía al pueblo de Antoñana. Pero nosotros continuamos por el sendero que discurría entre árboles.
Antoñana
Poco a poco el paisaje se iba abriendo y fueron apareciendo los campos cultivados y las casas de Antoñana. Aunque si mirábamos hacia atrás se apreciaba de nuevo el bosque y los montes, que se recortaban en el horizonte.
Finalmente salimos a la carretera y enlazamos con el inicio de la ruta. También se podía ir por este camino hasta la Cascada de Aguake, pero si no se quiere vadear el río es mejor la otra opción que nos lleva hasta la misma base de la cascada, como hemos comentado.
Murallas y casas bien conservadas
Siguiendo la carretera entramos en Antoñana y pasamos entre sus casas para bajar hasta el aparcamiento. Si se va con tiempo merece la pena pasear por las calles de este precioso pueblo amurallado, que mantiene sus casas muy bien conservadas.
Además destacaban las ventanas y los balcones abiertos en la muralla, convertida en la fachada de varias casas del pueblo.
Restaurante Arrea! de Kanpezu
Después nos dirigimos a Kanpezu, situado a unos 8 kilómetros, para degustar el Menú Mendialdea (50€/persona) del Restaurante Arrea!.
Sentados en su coqueto comedor degustamos los sabores de la Montaña Alavesa preparados con el toque personal del cocinero Edorta Lamo, un apasionado de su tierra.
Una buena forma de rematar la Ruta de la Cascada de Aguake desde Antoñana, descubriendo los paisajes de esta comarca de Araba.