Durante nuestra visita al Parque Natural de Arribes del Duero realizamos la atractiva ruta de las Arribes del Huebra en Saldeana (5 km/ida y vuelta), pasando por el Castro El Castillo. En primer lugar hay que destacar que además de las conocidas Arribes del río Duero existen varias arribes más en algunos de sus afluentes, dentro de esta comarca fronteriza con Portugal. En otra ocasión ya nos internamos por las Arribes del río Águeda en la ruta del Puente de los Franceses, desde San Felices de los Gallegos.
Ruta de las Arribes del Huebra en Saldeana y del Castro El Castillo
La Ruta de las Arribes del río Huebra en Saldeana es un recorrido circular de unos 5 kilómetros (2 horas) por los paisajes de esta comarca de Salamanca.
Para completar esta ruta circular transitamos por el Camino del Castro y el Sendero de los Molinos y los Miradores de las Arribes del río Huebra. Ambas rutas estaban marcadas con carteles y balizas con marcas blancas y amarillas. Por ello, además de asomarnos al Mirador de las Arribes del Huebra y al Mirador del Fraile y la Monja, visitamos el Castro vetón El Castillo, los restos de varios hornos harineros y dos chozos de pastores.
Ruta del Camino del Castro
Comenzamos nuestra ruta desde las afueras de Saldeana siguiendo las indicaciones del Camino del Castro, situado a un kilómetro.
Primero caminamos sobre un suelo llano de piedras hasta un cruce, donde encontramos los restos de los Corrales de la Cruz Grande, unas construcciones para el ganado con techo vegetal. Tenían su importancia ya que son las únicas que se conservan en esta comarca de Las Arribes, donde antiguamente eran muy frecuentes.
Luego tomamos a la izquierda por un sendero amplio de tierra flanqueados por unos muros de piedras y pasamos por una pequeña zona de aparcamiento.
Continuamos siguiendo las indicaciones hacia el Castro El Castillo y atravesamos una puerta de metal.
Castro El Castillo
Entonces a unos pocos metros aparecieron las piedras defensivas hincadas en la tierra frente a la muralla del Castro El Castillo. Este era uno de los tres castros vetones que se conservaban en Salamanca, junto al Castro de Las Merchanas en Lumbrales y el Castro de la Yecla de Yeltes.
Cuando subimos arriba paseamos por lo alto de la muralla y entre los muros de piedra.
El sitio era mágico y se podía escuchar el silencio. Además se distinguían las Arribes del Huebra entre los campos de Saldeana.
Molinos y MIradores de las Arribes del río Huebra
Después de visitar el Castro El Castillo retrocedimos unos 50 metros para tomar el desvío a la izquierda hacia el Sendero de los Molinos y los Miradores de las Arribes del río Huebra.
Después de recorrer unos 300 metros subimos unas escaleras entre unos muros de piedra y enseguida llegamos al Mirador de las Arribes del Huebra. Estaba ubicado sobre unas grandes rocas, protegido bajo la sombra de varios árboles.
Asomados al mirador contemplamos el meandro del río Huebra encajonado entre las paredes verticales de roca. El cauce llevaba poca agua pero impresionaba este paisaje natural de las Arribes del río Huebra.
Además en la ladera de la izquierda se apreciaba el antiguo edifico de un lavadero, que continuaba en pie como homenaje a las mujeres de Saldeana.
Chozo de pastor
Después continuamos por el sendero sin dejar de ver el cauce del río Huebra, que nacía en la Sierra de Las Quilamas y desembocaba entre estrechas paredes de roca en el Duero.
El camino bordeaba el desfiladero y nos llevó hasta un mirador natural presidido por un Chozo de pastor, que se asomaba a las Arribes del Huebra.
Desde aquí disfrutamos de unas espectaculares vistas de la confluencia del Arroyo Mayor en el río Huebra, entre murallas de roca.
Mirador del Fraile y de la Monja
Para continuar atravesamos un paso entre maderas y continuamos descendiendo unos metros por la ladera, donde había un poste con las marcas blancas y amarillas, que señalizaba la ruta.
El sendero trascurría junto a una gran pared de roca y se internaba en el desfiladero, por donde se descolgaban las aguas del Arroyo Mayor. Al fondo ya se apreciaban las curiosas figuras que coronaban el risco rocoso.
Pronto llegamos al Mirador del Fraile y de la Monja, un balcón que miraba hacia las coloridas paredes de roca, donde destacaban en lo alto las figuras que daban nombre al mirador.
Unas figuras esculpidas por el agua y el viento que coronaban esta muralla natural.
Además desde aquí se podían ver volar a los buitres leonados que planeaban por el interior de las Arribes del Huebra.
Molinos Harineros
Siguiendo la ruta, el sendero iba ascendiendo acercándose a la orilla del Arroyo Mayor, donde contemplamos una pequeña cascada.
Luego pasamos junto a las ruinas de dos molinos harineros, otro chozo de pastor y el Molino del Tío Román. Más adelante se encontraban los Molinos del Arroyo Mayor, que habían sido restaurados y se podían visitar por dentro. Además había un merendero con zonas para asar y varias mesas.
Desde aquí tomamos la senda señalizada y recorrimos unos 250 metros para empalmar con el Camino del Castro.
Y de esta forma nos encaminamos hacia Saldeana, pasando de nuevo por los Corrales de la Cruz Grande.
La Ruta de las Arribes del Huebra en Saldeana es un recorrido fácil y sorprende por su interés paisajístico y por las huellas de otras civilizaciones, que encontramos durante el trayecto.
Cuando llegamos al pueblo cogimos el coche y abandonamos Saldeana atravesando el imponente Puente Resbala sobre el río Huebra.
Tapas en Lumbrales
Nuestra intención era acercarnos a la localidad cercana de Lumbrales, a 15 km de Saldeana, para degustar unas tapas caseras en el Bar Las Vegas.
Visita a Sobradillo y San Felices de los Gallegos
Por la tarde aprovechamos para visitar algunos pueblos de esta comarca de Salamanca. En primer lugar fuimos a Sobradillo, donde destacaban la Torre del Homenaje y el centro de interpretación de la Casa del Parque Natural de Arribes del Duero.
Luego nos acercamos hasta San Felices de los Gallegos para recorrer sus calles y pasar por el arco de la Torre de las Campanas. También paseamos junto a las murallas del Castillo del siglo XIII y su Torre del Homenaje.
Finalmente fuimos a la Posada de los Aceiteros de Ahigal de los Aceiteros, donde disfrutamos de una buena cena (17€/persona) y descansamos en una coqueta habitación.
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