La costa vasca guarda entre sus acantilados y playas las huellas de su historia geológica, donde destaca el Geoparkea de Gipuzkoa y el Flysch de Bizkaia. En esta ocasión nos centraremos en este último y realizaremos una sencilla ruta de Barrika a Sopela por el Flysch de Bizkaia (unos 8 km/ida y vuelta) para asomarnos a las paredes de roca y disfrutar de sus caprichosos pliegues y de sus espectaculares playas.
Recientemente ya disfrutamos de esta parte de la costa de Bizkaia paseando desde Plentzia a Barrika, el corazón del Flysch de Bizkaia y también ascendiendo por la costa hasta el Faro de Gorliz.
Ruta de Barrika a Sopela por el Flysch de Bizkaia
El Flysch de Bizkaia es una zona costera con un gran valor geológico y paisajístico situado entre la costa de Getxo y Bakio. Se puede recorrer en varias etapas siguiendo el Sendero litoral europeo (E 9) que coincide en esta zona con la ruta de la Vuelta a Bizkaia (GR 123) señalizada con marcas rojas y blancas. Además de caminar rodeados de un paisaje natural impactante contemplaremos algunos de los rastros de la historia geológica de esta parte de la costa de Bizkaia.
La Ruta de Barrika a Sopela por el Flysch de Bizkaia (unos 8 km/ida y vuelta) transcurre por un tramo de la denominada Ruta de los Acantilados que va desde Getxo a Plentzia.
Playa de Barrika
Comenzaremos el recorrido dirigiéndonos en coche hasta el aparcamiento gratuito de la Playa de Barrika.
Una vez aparcado el vehículo nos acercamos hasta un mirador para disfrutar de la panorámica de esta espléndida playa.
Y merecía la pena descender las empinadas escaleras para pasear por su arenal descubriendo los pliegues angulares de sus muros rocosos, que invadían la playa acercándose hasta el mar. Un sitio idílico frecuentado por surfistas y amantes de las playas tranquilas.
Después de admirar esta playa, tomamos por un estrecho sendero que salía desde el aparcamiento, junto al panel de información del Flysch de Bizkaia.
Allí había un poste señalizado ( Camino del Cinturón de Hierro/Bilboko Burdin Hesia Ibiltokia) que nos indicaba el inicio del recorrido en dirección a Sopela.
Pronto entramos en una zona ascendente atravesando verdes campos abiertos que nos permitían contemplar el mar Cantábrico.
Durante el trayecto existía la posibilidad de acercarse hasta el borde del acantilado y mirar a la derecha para disfrutar de una preciosa vista de la Playa de Barrika.
Poco a poco el camino se iba pegando al cortado del acantilado y el sonido del mar golpeando la costa escarpada se hacía más presente.
Además, mirando al frente, ya aparecía la silueta de la costa de Bizkaia uniéndose a la de Cantabria.
Playa de Meñakoz
El sendero nos llevó hasta la Playa de Meñakoz, un arenal salpicado de rocas y bañado por las transparentes aguas del mar.
Nos asomamos a esta playa intentando grabar en nuestras pupilas su espíritu salvaje.
Además, en una zona de sus paredes de roca se encontraban apiladas unas piedras redondeadas por el paso del tiempo, conocidas como “lavas almohadilladas” o “pillow lavas”, de gran valor geológico.
El camino nos llevó hasta el inicio del descenso hacia la Playa de Meñakoz, donde había unos coloridos bloques de cemento para evitar el paso de vehículos. Si se iba con tiempo merecía la pena descender por el serpenteante sendero y llegar a la playa para disfrutar de este entorno paradisiaco.
Pero para continuar el paseo por los acantilados pasamos entre los bloques y tomamos el primer camino a la izquierda, que bordeaba por arriba la Playa de Meñakoz.
De esta forma, mientras caminamos, disfrutamos de unas vistas privilegiadas de la playa y del mar.
Sopelmar
Dejando atrás la Playa de Meñakoz nos aproximamos a la Urbanización de Sopelmar, que bordeamos pegados al corte de los acantilados.
Aquí encontramos una pequeña cala rocosa escondida entre las paredes del acantilado, esculpido por el viento y el mar. También se apreciaban detrás de un peñón las Playas de Arrietara y Atxabiribil de Sopela.
Además se podía bajar a la cala y pasear entre las curiosas formas de las rocas bañadas por las aguas bravas del Cantábrico.
Playas de Arrietara y Atxabiribil
Continuamos la marcha y llegamos al aparcamiento de las Playas de Arrietara y Atxabiribil de Sopela, que estaban unidas y formaban la tercera playa más larga de Bizkaia. Pero antes de bajar a la playa nos aproximamos a un peñón coronado por una ikurriña.
Luego bajamos hasta la Playa de Atxabiribil para pasear por la orilla, donde encontramos a un grupo de niños aprendiendo a hacer surf, un deporte muy arraigado en estas playas de Sopela.
Durante el paseo por las Playas de Arrietara y Atxabiribil nos acercamos hasta las paredes verticales del flysch formadas por numerosas capas de rocas blandas ( margas) y duras (calizas) sedimentadas, que se alternaban como si fuera una tarta milhojas.
En estas Playas de Arrietara y Atxabiribil se encontraba el punto geológico de “la huella del meteorito” o Limite K/T o K/Pg (Paleógeno). Se conocía así porque estaba considerado el límite geológico entre los periodos Cretácico y el Terciario de la historia de la Tierra.
Formaciones geológicas
A esta zona también se la conocía como “Arrigorri” (piedra roja en euskera) por los pliegues rocosos de color rojizo.
En algunas ocasiones estas capas o pliegues se extendían cruzando la playa hacia el mar, como si fueran colas de dragón.
Poco a poco nos fuimos aproximando hasta el final de la Playa de Arrietara, donde descubrimos los caprichosos pliegues rocosos de sus acantilados.
Como los pliegues llegaban hasta la arena pudimos apreciar muy bien las capas de roca que se solapaban para crear caprichosas formaciones.
Las rocas separaban esta playa de la Playa de Barinatxe, llamada popularmente ¨La Salvaje“, que se encontraba al otro lado del acantilado.
Desde el extremo de la Playa de Arrietara se lograba una bella panorámica completa del arenal y los acantilados de la Playa de Arrietara y Atxabiribil.
Después de disfrutar de esta extensa playa nos acercamos hasta el lugar donde se podía continuar la ruta por el Flysch de Bizkaia desde Sopela a Getxo, situado sobre el aparcamiento de la playa, que haremos en otra ocasión. Hay que destacar que muy cerca existe la posibilidad de reservar un vuelo en parapente para contemplar desde otra perspectiva las playas y los acantilados de esta parte de la Costa de Bizkaia.
Bar Restaurante El Peñón
Luego nos acercamos hasta el Bar Restaurante El Peñón situado sobre la Playa de Atxabiribil.
Disponía de unas terrazas exteriores que permitían disfrutar de unas privilegiadas vistas de la playa.
En nuestro caso nos sentamos en el interior del local junto a un gran ventanal con vistas a la costa, donde tomamos una copa de vino tinto crianza DOCa Rioja (1,80) y un Marianito rojo (1,80€). También pedimos para picar unos Tacos Cochinita Pibil preparados a baja temperatura con guacamole, un toque de chipotle, kimchi, cebollita encurtida y teriyaki (4 unid/12,90€) y unos Nachos de maíz azul y amarillo con queso, guacamole y salsa de chipotle (9,90€).
Cuando terminamos de comer regresamos de nuevo por el mismo camino hasta el aparcamiento de la Playa de Barrika.
En definitiva, esta ruta de Barrika a Sopela por el Flysch de Bizkaia resultó ser un precioso paseo admirando el espectacular paisaje y descubriendo las huellas geológicas de la historia en los acantilados y las playas del litoral vasco.
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