El Valle de Trubia esconde espectaculares rincones naturales que se pueden descubrir realizando varias rutas de senderismo, como la Ruta fácil de las Cascadas de Guanga desde Perlavia, con un final impresionante. Partiendo desde esta aldea asturiana de Oviedo recorrimos unos 5 km (una hora y cuarto/ida y vuelta) por un camino cómodo bien señalizado, que atravesaba un precioso bosque y nos llevó hasta dos impresionantes cascadas.
En otra ocasión descubrimos en el Valle de Trubia el espectacular Desfiladero de las Xanas, conocido como el pequeño Cares y recorrimos en bicicleta uno de los tramos más atractivo de la Senda del Oso.
Además esta muy cerca la ciudad de Oviedo, donde se puede realizar un Free Tour por la capital asturiana o un Free Tour para descubrir los secretos y leyendas de Oviedo. Nosotros recorrimos las calles de Oviedo contemplando sus famosas esculturas, edificios históricos y probamos la gastronomía asturiana.
Ruta fácil de las Cascadas de Guanga
La ruta que pasaba junto a las Cascadas de Guanga era un recorrido de unos 3,2 kilómetros que discurría entre los pueblos de Perlavia y San Andrés, pudiendo comenzarla desde cualquiera de las dos localidades. En nuestro caso decidimos realizar la ruta desde la aldea de Perlavia en Oviedo hasta la vistosa Cascada superior de Guanga (5 km/ida y vuelta) y a otro vertiginoso salto de agua, para evitar el fuerte ascenso desde San Andrés a la Cascada de Guanga.
De esta forma arrancamos desde Perlavia en dirección a San Andrés por un camino ancho bien señalizado que atravesaba un bosque. Antes de descender hacia San Andrés había que desviarse unos metros para contemplar la espectacular y accesible Cascada de Guanga, situada en la parte superior del corte del monte. Además a unos metros había otra bella cascada que se podía ver desde arriba, si no se tiene vértigo.
Después se podía descender hasta San Andrés atravesando un bosque y siguiendo el curso del arroyo Guanga o Buanga, que se descolgaba por unas paredes verticales formando varias cascadas, más escondidas y de difícil acceso.
En nuestro caso después de contemplar la Cascada de Guanga y asomarnos, unos metros más abajo, a otro gran salto de agua regresamos por el mismo sendero a Perlavia.
Cascada de Guanga como llegar
Esta ruta fácil de las Cascadas del Guanga comenzaba en Perlavia, una aldea situada a unos 20 kilómetros del centro de Oviedo. Primeramente llegamos a Trubia y tomamos por la AS-313 hacia Sama de Grado. Antes de llegar a esta localidad nos desviamos a la izquierda para ascender hasta Perlavia, que se encontraba en el fondo de una ladera del monte.
Cascada de Guanga desde Perlavia
Cuando llegamos a Perlavia encontramos un panel informativo y la señal de la ruta de la Cascada de Guanga o Buanga, a los pies de una ermita. En este punto la carretera se estrechaba y se internaba entre las casas del pueblo por una pendiente pronunciada.
Por este motivo dejamos el coche junto al panel informativo de la ruta y bajamos caminando entre casas tradicionales asturianas, hórreos y paneras muy bien conservadas.
Siguiendo las señales de la ruta, colocadas en postes y en las fachadas de las casas, salimos de Perlavia por un camino a la derecha entre huertas y verdes campos. De esta forma entramos en el sendero que unía Perlavia y San Andrés.
Al salir del pueblo pasamos por un prado donde pastaba plácidamente un rebaño de vacas con sus terneros.
Mientras caminábamos por un sendero amplio y cómodo íbamos dejando atrás las casas de Perlavia.
Muy pronto encontramos un panel con información sobre la “Ruta del Oso”, por la que transcurría nuestro sendero, llamada así porque en otros tiempos el Valle de Trubia era el habitat natural de estos animales.
Seguimos por un sencillo camino con pequeñas subidas y bajadas, que atravesaba un bosque mixto de encinas, castaños, hayas, abedules y rebollos (un tipo de roble).
Vistas del Valle de Trubia
En un momento de la ruta llegamos a un claro del bosque y contemplamos unas bonitas vistas del Valle de Trubia.
También aparecían recortados en el horizonte los picos nevados de la Sierra del Aramo.
Después proseguimos por esta ruta fácil de las Cascadas de Guanga internándonos en un bosque en galería.
Durante el trayecto caminábamos sobre una una pista tapizada de hojas secas y de vez en cuando aparecían castañas desperdigadas por el suelo.
Molino de Guanga o Buanga
Seguimos por esta pista hasta un cruce señalizado, donde tomamos hacia la izquierda descendiendo unos metros en dirección a San Andrés y la Cascada de Guanga.
Luego dejamos a la izquierda el camino que seguía hacia San Andrés y tomamos el sendero que nos llevaría hasta la Cascada de Guanga.
De esta forma continuamos nuestro camino por un estrecho sendero rodeados de árboles, mientras escuchábamos el sonido de la cascada, situada a unos 200 metros.
Enseguida llegamos hasta las ruinas de unos edificios que formaban parte del Molino de Guanga, que se encontraban semiescondidos entre la maleza.
Cascadas de Guanga
Después apareció una gran piedra y bajamos con cuidado pisando sobre unas rocas hasta el cauce del arroyo de Guanga o Buanga.
Aquí encontramos los restos del Molino de Guanga, que conservaba todavía en su interior la rueda de moler.
Cascada superior de Guanga
Siguiendo el cauce del arroyo a la derecha ya se apreciaba la Cascada superior de Guanga.
Caminando con precaución nos acercamos a este rincón mágico donde se descolgaba sobre un macizo rocoso las aguas caprichosas de la Cascada de Guanga.
En primer lugar vadeamos al arroyo y pasamos a los pies de una ladera arbolada para plasmar desde la izquierda la belleza de este salto de agua.
Luego volvimos al lado derecho y disfrutamos desde la base de la cascada de esta maravilla de la naturaleza.
Fue una bonita recompensa para este ligero paseo con mucho atractivo paisajístico contemplando la más espectacular de las Cascadas de Guanga.
Segunda Cascada de Guanga
Después regresamos hasta el molino y continuamos unos metros hacia abajo siguiendo el cauce del arroyo de Guanga y llegamos hasta otra de las Cascadas de Guanga.
En primer lugar nos asomamos desde la izquierda a este vistoso salto de agua para contemplar como se descolgaba por una vertiginosa pared vertical de roca.
Luego cruzamos el arroyo para contemplar la preciosa imagen de esta segunda Cascada de Guanga desde la orilla derecha. Además disfrutamos de este rincón natural escuchando el ruido del agua con las vistas de este valle asturiano.
Después regresamos a Perlavia por el mismo camino, paseando por el interior del bosque.
Podemos decir que durante esta sencilla ruta de las Cascadas de Guanga comprobamos que eran unas de las Cascadas de Oviedo mas atractivas, con varios saltos de agua de gran belleza.
Además nos permitió conocer la pequeña aldea de Perlavia y pasear por sus calles entre edificios tradicionales asturianos y hablar con alguno de sus pocos vecinos que la habitaban. Un paseo muy recomendable cerca de Oviedo para disfrutar de unas de las mejores cascadas de Asturias.