Durante nuestra visita a la ciudad de Burgos degustamos los platos del Cobo Vintage de Burgos que se ha convertido en Cobo Estratos, en 2020. El inquieto chef cántabro, Miguel Cobo ha cerrado Cobo Vintage en marzo de 2020 y ofrecerá en su nuevo local dos tipos de cocina en dos restaurantes independientes, Cobo Tradición, que ya ha abierto sus puertas y Cobo Evolución, que abrirá en breve. Aquí os contamos nuestra experiencia gastronómica en el viejo Cobo Vintage de Burgos.

Paseo por Burgos
En primer lugar, cuando llegamos a esta ciudad castellanoleonesa, paseamos por el Paseo del Espolón, junto al Río Arlanzón. Después llegamos hasta el Arco de Santa Maria y lo cruzamos para acceder a la concurrida Plaza Rey San Fernando.



Allí nos encontramos con la majestuosa Catedral de Burgos, que presidía la plaza.



Después de este breve paseo atravesamos de nuevo el Arco de Santa María y cruzamos el puente, con el mismo nombre, para dirigirnos a nuestro destino gastronómico.



Cobo Vintage de Burgos ahora Cobo Estratos
Como hemos comentado, este restaurante ha cerrado sus puertas en marzo de 2020 y Cobo Vintage de Burgos se ha convertido en Cobo Estratos, en su nueva ubicación de la Plaza Libertad nº 9. El nuevo Cobo Estratos contará con dos espacios gastronómicos con dos cocinas independientes, Cobo Tradición, que ya ha abierto sus puertas y Cobo Evolución, que se pondrá en marcha en breve. Esperamos conocer pronto este nuevo proyecto del chef Miguel Cobo, pero aquí hablaremos de nuestra visita al Cobo Vintage de Burgos, que se encontraba en la Calle Merced nº 19, antes de su cierre.



Al entrar nos encontramos con una moderna decoración inspirada en el mar, diseñada por la artista burgalesa Inés Santamaría.



Miguel Cobo ofrecía una cocina enraizada en esta tierra castellanoleonesa y abierta a los aires del Cantábrico, con su toque personal de alta cocina que le ha llevado a conseguir una estrella michelin. Nuestra intención era probar el Menú Origen (62€/persona) o el Menú Langre (68€/persona) que servían en este restaurante burgalés. Pero para ello se tenía que realizar una reserva previa con día y medio de antelación. Como no era nuestro caso, tuvimos que elegir varios platos de la carta. Mientras tanto pedimos una botella de vino tinto Artadi 2017 (20,50€) elaborado en la Rioja Alavesa, con uva tempranillo.



Además pedimos una Degustación de panes artesanos asturianos (3€/persona) compuesto de unos deliciosos panes tradicionales y de centeno.



Aperitivos
En primer lugar nos trajeron dos aperitivos, cortesía de la casa. Es decir, comenzamos con una Aceituna de vermut con algas y un agua de anchoa. Después probamos el Salmón ahumado sumergido en una salsa ponzu, que le daba el toque cítrico.
Entrantes
Posteriormente degustamos unas Croquetas melosas de leche fresca de vaca e ibéricos (1,80€/unidad) con un sabor y una textura delicados. Muy buenas.



Continuamos con el Agua chile de manzana, vieira ahumada, encurtidos y su perla helada de apio y pepino ((7€). Una creación sorprendente con muchos matices.



El siguiente plato individual fue el Calamar de Guadañeta, cremoso de tinta, crujiente ibérico y chimichurri (8€).



Seguidamente degustamos una Alcachofa rellena de faisán con sopa de cebolla asada y trufa de Quintana Lara (10€). Un producto de temporada reforzado con el gusto del faisán y la trufa. Además venía acompañado de un encurtido de faisán, con un sabor peculiar.
Platos principales
Los platos de Miguel Cobo querían reflejar la unión de las recetas tradicionales burgalesas y los sabores del Cantábrico, elaborados con técnicas de alta cocina. Por este motivo a la hora de elegir los platos principales nos decantamos por uno de pescado y otro de carne.



Comenzamos con una Merluza al Vallés (28€) un plato que quería rendir un homenaje al “Restaurante El Vallés” de Briviesca. En este establecimiento, regentado por su familia, Miguel había ejercido de cocinero. La merluza de pincho estaba cocinada a varias temperaturas y sellada con un ligero rebozado. Además nos la sirvieron en dos medias raciones individuales.



Como plato de carne probamos el Solomillo de vaca frisona gallega con su jugo y una cebolleta francesa (26€). También tuvieron el detalle de servirnos dos medias raciones emplatadas individualmente. La carne estaba preparada en su punto y con un gran sabor.



Postre exquisito
Finalmente degustamos una Galleta de frutos secos rellena de un cremoso de vainilla de Tahití, acompañada de un helado de arroz con leche (7,50€). Un postre bien presentado y con un sabor delicioso.



Como colofón a este encuentro gastronómico cántabro-burgalés pedimos un Cafe cortado (1,80€). Además vino acompañado de unos Petit Fours en forma de bizcocho de cacao, bombón de chocolate con leche y un efervescente de lima.
Cobo Vintage de Burgos se ha convertido en Cobo Estratos y esperamos que consolide su nueva propuesta basada en una cocina de mercado que mira al futuro. En breve habrá que visitar su nuevo espacio gastronómico.



Cobo Vintage ahora Cobo Estratos
Dirección: Plaza de la Libertad, 9, 09004 Burgos